Ir al contenido principal

Esta noche en el teatro de papá...

Creo que nunca antes había mencionado por este medio que frecuentemente dormimos a Rosario con historias leías o inventadas. Desde muy niña ella ha AMADO los cuentos al pie de la cama. Muchas veces, procurando que se durmiera prontissimo, mamá y papá preferían apagar la luz y recomponer estas historias.

En ocasiones caperucita o los marranitos perdían al lobo por sugerencia de Rosario. En muchas otras ocasiones mamá inventó historias maravillosas e incongruentes.

Esta noche le leí a Rosario dos cosas que me parecieron importantes para publicar. Un poco para compartir que tipo de historias fluyen por nuestra casa y, un poco, para abrir los comentarios sobre los contenidos de estas historias.

Encontré una muñeca en el piso. Galaxy le había mordido la cabeza y le había arrancado el pelo: estaba calva. Me acordé de una de mis lecturas favoritas, la cantante calva de Eugene Ionesco.

Situé a los señores Martin en la sala de una casa, pongan ustedes esta. Desconocidos, tratando de acordarse de donde se habrían visto antes, como en la escena original. Venidos de Medellín, del Poblado, por tren, a vivir en el barrio Cedritos, cerca de Carulla en el edificio Palomas de la Paz, número 401, esto otro ficticio. Con una hija llamada Laura. Claro, de un ojo blanco y el otro azul.



¡Qué curioso, qué extraño y que coincidencia!

Rosario no se había dormido completamente. Me pidió otra historia. Le leí la historia del Come Galletas.



Pacman, el comegalletas o el comecocos entró al castillo. Lo que él quiere hacer es comerse las galletas que hay en todas partes. Pero como es un castillo, hay fantasmas. Hay cuatro fantastasmas: azul, rosado, amarillo y rojo. Pero hay unas galletas especiales, son mágicas. Cuando uno se las come los fantasmas se vuelven de gelatina de chicle. El Pacman se los puede comer. Como es un castillo hay una pared mágica, un atajo. Los fantasmas no pueden pasar esta puerta. Cuando se han acabado todas las galletas, inclusive las mágicas Pacman pasa al siguiente piso. Las galletas son idénticas a las que tu cocinaste hoy. IDÉNTICAS.



Buenas noches.

Comentarios

Eliana dijo…
Woah! de verdad que los felicito. Ojalá todos los papás pensaran igual. En mi caso, a mi me tocó someterme a una tortuosa educación con monjas. *sigh* Al menos eso ya es cosa del pasado.

Felicitaciones. Muy chévere la idea.

Los invito a que, cuando puedan, se pasen por cualquiera de mis blogs, especialmente El Menú de la U (dirección en mi perfil)

Entradas más populares de este blog

LA RIQUEZA ESCONDIDA por William Ospina

Hace unos cuatro años tuve la oportunidad de visitar la India. Ya de regreso, alguien me preguntó si no me había impresionado mucho la pobreza, y no pude recordar si había visto pobres en la India. Por supuesto, vi innumerables personas que carecen de muchas cosas, pero me pareció que no había pobreza en los términos en que nosotros la conocemos aquí. Hay mendigos, hay incluso personas que pertenecen a la casta de los intocables, que son discriminados por los demás y sólo pueden ejercer los oficios más humildes. Pero por el curioso orden mental que allá impera, no hay nadie que esté despojado de un lugar en el cosmos, todo el mundo tiene una explicación filosófica y trascendental sobre su situación, y entiende o cree entender el puesto que el ha tocado en el universo. Tal vez por eso pocos se rebelan contra su situación. Al cabo de un determinado número de reencarnaciones tendrán aquello de lo que ahora carecen, o mejor aún, acaso logren escapar a la rueda de las transmigraciones e in

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave