Ya que estoy en esto de la tribu, me he puesto a pensar mucho en la forma como se construye el mundo particular de las personas...siempra ha sido de mi interés conocer más a fondo la cotidianidad, cómo hacen las cosas, de dónde sacan la plata, cómo cocinan, cómo se enfadan, cómo besan, qué las hace reir, qué llorar...
Recuerdo desde muy chica la curiosidad que me invadía por mirar por las ventanas de las casas, hacia adentro, ver los muebles, los gustos, de la gente... Incluso hoy suelo entrar a ver apartamentos que se arriendan sólo para llenarme de esas cotidianidades desconocidas como una especie de fetiche.
Y en estos días, he descubierto algo doloroso, muy doloroso. No quiero que piensen que es algo unidimensional, ni mucho menos. Pero he descubierto algo que parece obvio, pero que me ha caído encima con todo el peso de su significado. La gente miente mucho, se enferma de su cotidianidad...le duele ser quien es...
(Aquí entra el cuento de la tribu, creo que parte de la comodidad es porque me he sentido honesta.)
A los ricos, especialmente los colombianos, por algún lado se les sale la culpa de que en este país no exista ni un solo capital honesto: el dinero aquí está bañado en sangre, y punto. Seguramente saltarán muchos en desacuerdo...ingenuos tal vez. A los pobres les duele su pobreza, "que perdone por todo lo malo" es una típica frase de despedida después de un banquete...
La clase media está parada en la extraña consigna de Papuchis: aquí no hay que ser sino que aparentar...
Los exitosos lloran en silencio por sus hijos, pero les dicen "campeón" con una extraña voz impostada... Los fracasados, lloran por lo que no han sido, por no haber creído, por no perseverar, o por ser honestos hasta el tuétano...
Las parejas felices suelen estar plagadas de maltratos, hasta físicos. Las parejas infelices suelen seguir con su mentira por el sacrificio de hacer a los hijos felices...
Los solteros lloran su soledad. Los casados añoran la libertad...
En fin--no se si lo he podido expresar correctamente, porque parece una entrada sobre las contradicciones, pero es más sobre las mentiras que nos decimos a nosotros mismos.
Y es que la mentira es ley. SI no lo fuera, no habría exitosos programas de televisión basados en un polígrafo. Nadie debería necesitar un polígrafo ante su familia, ante lo que más quiere o si?
Yo miento tambien. Pero tengo la tranquilidad de mentir "hacia arriba" y no "hacia abajo". A mis padres y sus familias, les sostengo algunas mentirillas, por no causarles un dolor que no entenderían nunca... Pero a mis hijos, a mis hijos...NUNCA!
Planeo y hasta ahora he podido ser con ellos, quien soy. Mario me conoce completamente desnuda...completamente, no solo desnuda de cuerpo.
Y planeo que, con la tribu que se está conformando, si jugamos correctamente sea así... No tener que fingir ni inteligencia, ni academia, ni fuerza, ni bajeza, ni astucia, ni profesionalismo, ni ganas, ni risa, ni dolor, ni felicidad, ni maltrato, ni éxito, ni fracaso, ni riqueza, ni pobreza....
Eso sí que debe ser un acto de libertad!
Recuerdo desde muy chica la curiosidad que me invadía por mirar por las ventanas de las casas, hacia adentro, ver los muebles, los gustos, de la gente... Incluso hoy suelo entrar a ver apartamentos que se arriendan sólo para llenarme de esas cotidianidades desconocidas como una especie de fetiche.
Y en estos días, he descubierto algo doloroso, muy doloroso. No quiero que piensen que es algo unidimensional, ni mucho menos. Pero he descubierto algo que parece obvio, pero que me ha caído encima con todo el peso de su significado. La gente miente mucho, se enferma de su cotidianidad...le duele ser quien es...
(Aquí entra el cuento de la tribu, creo que parte de la comodidad es porque me he sentido honesta.)
A los ricos, especialmente los colombianos, por algún lado se les sale la culpa de que en este país no exista ni un solo capital honesto: el dinero aquí está bañado en sangre, y punto. Seguramente saltarán muchos en desacuerdo...ingenuos tal vez. A los pobres les duele su pobreza, "que perdone por todo lo malo" es una típica frase de despedida después de un banquete...
La clase media está parada en la extraña consigna de Papuchis: aquí no hay que ser sino que aparentar...
Los exitosos lloran en silencio por sus hijos, pero les dicen "campeón" con una extraña voz impostada... Los fracasados, lloran por lo que no han sido, por no haber creído, por no perseverar, o por ser honestos hasta el tuétano...
Las parejas felices suelen estar plagadas de maltratos, hasta físicos. Las parejas infelices suelen seguir con su mentira por el sacrificio de hacer a los hijos felices...
Los solteros lloran su soledad. Los casados añoran la libertad...
En fin--no se si lo he podido expresar correctamente, porque parece una entrada sobre las contradicciones, pero es más sobre las mentiras que nos decimos a nosotros mismos.
Y es que la mentira es ley. SI no lo fuera, no habría exitosos programas de televisión basados en un polígrafo. Nadie debería necesitar un polígrafo ante su familia, ante lo que más quiere o si?
Yo miento tambien. Pero tengo la tranquilidad de mentir "hacia arriba" y no "hacia abajo". A mis padres y sus familias, les sostengo algunas mentirillas, por no causarles un dolor que no entenderían nunca... Pero a mis hijos, a mis hijos...NUNCA!
Planeo y hasta ahora he podido ser con ellos, quien soy. Mario me conoce completamente desnuda...completamente, no solo desnuda de cuerpo.
Y planeo que, con la tribu que se está conformando, si jugamos correctamente sea así... No tener que fingir ni inteligencia, ni academia, ni fuerza, ni bajeza, ni astucia, ni profesionalismo, ni ganas, ni risa, ni dolor, ni felicidad, ni maltrato, ni éxito, ni fracaso, ni riqueza, ni pobreza....
Eso sí que debe ser un acto de libertad!
Comentarios
Espero que en la pandilla logre salir nuestro yo mas real, eso sera basico para que funcione, si no pues pasara a ser cualqueir grupo de apariencias y ya.+
que si se nos sale un madrazo, que si no sabemos de algun tema, que si cualquier cosa el otro no juzgue eso es básico,