represión infantil
(no me esta funcionando el campo de título...de paso si alguien puede pues me ayuda no?)
Me llegó este interesante texto en el egroup a través de Xavier Alà a quien, de paso, agradezco por tanto...tanto ...
Espero que podamos atravesar el charco y nos podamos conocer pronto...
"Si se midieran las expectativas que una sociedad tiene acerca de su futuro
por el proyecto que sostiene para la generación siguiente, se haría evidente
que los niños de esta época, en su mayoría, no son receptores de ninguna
esperanza sino sólo de una propuesta de supervivencia que da cuenta del
desaliento y la fatiga histórica que empapa a los adultos a cuyo cuidado se
encuentran. Que aprendan lo más rápido posible la mayor cantidad de cosas,
que hablen lo menos posible, que no irrumpan con ideas descabelladas y que
se sometan a un régimen de vida que implica una jornada de 9 horas de
trabajo efectivo más la labor extra a ser realizada en la casa parece ser el
modelo de vida cotidiana con la cual se desplazan por la ciudad arrastrando
mochilas y carritos repletos de libros, cuyas afirmaciones dejarán de ser
eficaces en gran medida cuando pasen de la escolaridad primaria a la
secundaria, ya que el conjunto de conocimientos técnico-cientí ficos ha
acelerado su carácter perecedero y se renueva cada cinco años.
Y por supuesto todo esto es imposible de ser llevado a cabo ante la menor
falla del interesado. El taylorismo educativo no admite fracasos; no tolera
demoras; ninguna distracción es posible: si un niño es desprolijo o no
termina su tarea; si habla demasiado con los demás; si por alguna razón que
se desconoce tiene dificultades para vincularse con el resto de sus
compañeros; si no presta atención por un período prolongado de tiempo; si se
mueve demasiado, ahí está la medicación lista para resolver la "falla
genética" de esta unidad que, con sus dificultades, da cuneta de que algo ha
venido mal de fábrica; algo que debe ser modificado para lograr un encaje
adecuado en este hormiguero en el que no caben zánganos ni espacio para
quienes no ocupen su cabeza, constante y eficientemente, en las tareas
propuestas.
Pero el pensamiento de un ser humano puede estar habitado por muchas más
cosas que las que se aceptan, y su psiquis, más desorganizado de lo que se
sospecha. Hemos visto en estos años niños medicados a partir de un
diagnóstico poco riguroso que culmino en la afirmación de un supuesto ADD
(Attention deficit disorder, o trastorno de la atención como se lo llama
vulgarmente) , cuya dificultad para concentrarse era efecto de padecimientos
importantes de todo tipo, desde cuadros de angustia pasajeros producidos por
preocupaciones actuales hasta traumatismos severos, llegando, en el extremo,
a cuadros de desorganizació n psíquica de consecuencias graves para el futuro
de su evolución. La medicación, en estos casos lo único que hizo fue
disimular el síntoma, calmar los efectos, permitiendo que la perturbación
productora del cuadro siguiera larvadamente su camino desencadenando
consecuencias de mayor calibre de la adolescencia.
Padres cómplices
Quienes conozcan la bibliografía pertinente sabrán, como lo indica incluso
el Manual de diagnóstico de la Sociedad Norteamericana de Psiquiatría en el
cual se basa el diagnóstico, que *no existen pruebas de laboratorio que
certifiquen el carácter biológico de la multiplicidad de síntomas que
incluye el ADD y que la medicación es siempre sintomática y no curativa, lo
cual da cuenta de que estamos ante un cuadro descripto pero no explicado,
cuya causalidad permanece no resuelta. *Cuadro que incluye una gama muy
diversa de síntomas y que presenta modos diversos de evolución en la
adolescencia, lo cual da cuenta de que no abarca una patología sino más bien
un malestar generalizado que puede estar determinado desde distintas
vertientes y cuyo desenlace va desde la desaparición espontánea lisa y llana
hasta la evolución franca hacia patologías graves cuyos síntomas son
predecibles, incluso tratables, desde la primera infancia, si se toman los
recaudos adecuados despojándose del facilísimo que posibilita una
etiquetación tan reasegurante como ineficaz.
Pero más allá de estas cuestiones de carácter específico en el campo
terapéutico, a lo que asistimos es una verdadera caza de brujas en el campo
neurológico-psiquiá trico de la infancia: una farmacologizació n de los
tiempos de constitución del sujeto cuyos alcances se muestran
descarnadamente cuando asistimos al hecho de carácter delictivo de que una
población entera de niños de una guardería se ve presuntamente sedada por
los directivos en aras de mantenerlos tranquilos -inmovilizados -, o cuando
padres y docentes, acosados por la realidad, dejando de lado convicciones y
experiencia acumulada, por cansancio o debilidad, devienen cómplices de este
verdadero silenciamiento del malestar que se oculta tras el empleo masivo de
modificadores bioquímicos.
*Si el maltrato físico ha cedido como modo represivo en la infancia, la
medicación no puede ser el relevo sofisticado que maniate toda manifestación
de la diferencia; no olvidemos que, después de todo, la vejación más
terrible que padecieron los disidentes soviéticos en el archipiélago Gulag
no consistió en los castigos corporales sino en su aislamiento y
psiquiatrización, una forma de descalificar la razón cuando ésta no coincide
con la del establishment de turno. *En el caso de los niños, más que de la
condena biológica se trata de buscar el modo de reconocimiento de las
singularidades y sufrimientos en juego, estando atento a los síntomas
sociales que hacen retornar periódicamente la ilusión de automatizació n
exitosa con la cual la postergación de la felicidad deviene sofocamiento de
toda posibilidad creativa.
Por Silvia Bleichmar (Psicoanalista y ensayista)
http://www.capitann emo.com.ar/ infancia. htm
--
Publicado por MERCHE ESCURSELL para VACA & COL
<http://vacacol. blogspot. com/2007/ 07/caza-de- brujas-en- la-infancia. html>el
7/01/2007 12:01:00 AM
(no me esta funcionando el campo de título...de paso si alguien puede pues me ayuda no?)
Me llegó este interesante texto en el egroup a través de Xavier Alà a quien, de paso, agradezco por tanto...tanto ...
Espero que podamos atravesar el charco y nos podamos conocer pronto...
"Si se midieran las expectativas que una sociedad tiene acerca de su futuro
por el proyecto que sostiene para la generación siguiente, se haría evidente
que los niños de esta época, en su mayoría, no son receptores de ninguna
esperanza sino sólo de una propuesta de supervivencia que da cuenta del
desaliento y la fatiga histórica que empapa a los adultos a cuyo cuidado se
encuentran. Que aprendan lo más rápido posible la mayor cantidad de cosas,
que hablen lo menos posible, que no irrumpan con ideas descabelladas y que
se sometan a un régimen de vida que implica una jornada de 9 horas de
trabajo efectivo más la labor extra a ser realizada en la casa parece ser el
modelo de vida cotidiana con la cual se desplazan por la ciudad arrastrando
mochilas y carritos repletos de libros, cuyas afirmaciones dejarán de ser
eficaces en gran medida cuando pasen de la escolaridad primaria a la
secundaria, ya que el conjunto de conocimientos técnico-cientí ficos ha
acelerado su carácter perecedero y se renueva cada cinco años.
Y por supuesto todo esto es imposible de ser llevado a cabo ante la menor
falla del interesado. El taylorismo educativo no admite fracasos; no tolera
demoras; ninguna distracción es posible: si un niño es desprolijo o no
termina su tarea; si habla demasiado con los demás; si por alguna razón que
se desconoce tiene dificultades para vincularse con el resto de sus
compañeros; si no presta atención por un período prolongado de tiempo; si se
mueve demasiado, ahí está la medicación lista para resolver la "falla
genética" de esta unidad que, con sus dificultades, da cuneta de que algo ha
venido mal de fábrica; algo que debe ser modificado para lograr un encaje
adecuado en este hormiguero en el que no caben zánganos ni espacio para
quienes no ocupen su cabeza, constante y eficientemente, en las tareas
propuestas.
Pero el pensamiento de un ser humano puede estar habitado por muchas más
cosas que las que se aceptan, y su psiquis, más desorganizado de lo que se
sospecha. Hemos visto en estos años niños medicados a partir de un
diagnóstico poco riguroso que culmino en la afirmación de un supuesto ADD
(Attention deficit disorder, o trastorno de la atención como se lo llama
vulgarmente) , cuya dificultad para concentrarse era efecto de padecimientos
importantes de todo tipo, desde cuadros de angustia pasajeros producidos por
preocupaciones actuales hasta traumatismos severos, llegando, en el extremo,
a cuadros de desorganizació n psíquica de consecuencias graves para el futuro
de su evolución. La medicación, en estos casos lo único que hizo fue
disimular el síntoma, calmar los efectos, permitiendo que la perturbación
productora del cuadro siguiera larvadamente su camino desencadenando
consecuencias de mayor calibre de la adolescencia.
Padres cómplices
Quienes conozcan la bibliografía pertinente sabrán, como lo indica incluso
el Manual de diagnóstico de la Sociedad Norteamericana de Psiquiatría en el
cual se basa el diagnóstico, que *no existen pruebas de laboratorio que
certifiquen el carácter biológico de la multiplicidad de síntomas que
incluye el ADD y que la medicación es siempre sintomática y no curativa, lo
cual da cuenta de que estamos ante un cuadro descripto pero no explicado,
cuya causalidad permanece no resuelta. *Cuadro que incluye una gama muy
diversa de síntomas y que presenta modos diversos de evolución en la
adolescencia, lo cual da cuenta de que no abarca una patología sino más bien
un malestar generalizado que puede estar determinado desde distintas
vertientes y cuyo desenlace va desde la desaparición espontánea lisa y llana
hasta la evolución franca hacia patologías graves cuyos síntomas son
predecibles, incluso tratables, desde la primera infancia, si se toman los
recaudos adecuados despojándose del facilísimo que posibilita una
etiquetación tan reasegurante como ineficaz.
Pero más allá de estas cuestiones de carácter específico en el campo
terapéutico, a lo que asistimos es una verdadera caza de brujas en el campo
neurológico-psiquiá trico de la infancia: una farmacologizació n de los
tiempos de constitución del sujeto cuyos alcances se muestran
descarnadamente cuando asistimos al hecho de carácter delictivo de que una
población entera de niños de una guardería se ve presuntamente sedada por
los directivos en aras de mantenerlos tranquilos -inmovilizados -, o cuando
padres y docentes, acosados por la realidad, dejando de lado convicciones y
experiencia acumulada, por cansancio o debilidad, devienen cómplices de este
verdadero silenciamiento del malestar que se oculta tras el empleo masivo de
modificadores bioquímicos.
*Si el maltrato físico ha cedido como modo represivo en la infancia, la
medicación no puede ser el relevo sofisticado que maniate toda manifestación
de la diferencia; no olvidemos que, después de todo, la vejación más
terrible que padecieron los disidentes soviéticos en el archipiélago Gulag
no consistió en los castigos corporales sino en su aislamiento y
psiquiatrización, una forma de descalificar la razón cuando ésta no coincide
con la del establishment de turno. *En el caso de los niños, más que de la
condena biológica se trata de buscar el modo de reconocimiento de las
singularidades y sufrimientos en juego, estando atento a los síntomas
sociales que hacen retornar periódicamente la ilusión de automatizació n
exitosa con la cual la postergación de la felicidad deviene sofocamiento de
toda posibilidad creativa.
Por Silvia Bleichmar (Psicoanalista y ensayista)
http://www.capitann emo.com.ar/ infancia. htm
--
Publicado por MERCHE ESCURSELL para VACA & COL
<http://vacacol. blogspot. com/2007/ 07/caza-de- brujas-en- la-infancia. html>el
7/01/2007 12:01:00 AM
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