Ir al contenido principal

Arthur y los Minimoys

Hoy tenemos la reseña de esta pequeña peli dirigida por el mismo Luc Besson. Déjenme decirles que es una peli maravillosa. Ya se reseño previamente en este Blog lo desastroso que resulta cuando nuestros hijos ven peliculas dirigidas confusamente a todo público. Películas destinadas para tratar de satisfacer a las personas de todas las edades y que resultan un insulto y una ofensa los nuestros.
Pues esta película me hace amar el cine y, en especial la animación. Un niño que en sus vacaciones del internado es cuidado por su abuela ante la indiferencia de sus padres.
Su abuelo, recientemente desaparecido, le ha despertado a Arthur el amor por la aventura y ante unas dificultades económicas el chico debe recuperar un tesoro propiedad del abuelo. La fidelidad, el amor y el sentido de la responsabilidad son el motor de esta historia. Con una técnica tan sutil y maravillosa que lo tecnológico pasa desapercibido, con una narración que supera eso saltos entre "realidad" y "animación" y con un mensaje calientico para el corazón, cuesta trabajo pensar en la diversidad de los proyectos en los cuales Luc se ha involucrado. Y es particularmente interesante que productos como Nikita o El Quinto Elemento sean de su misma cosecha. Por lo pronto quiero contarles que dos películas más de la serie de Arthur ya están acercándose: La venganza de M y la Guerra de los dos mundos. En otro plano, mis chicos y yo nos emocionamos y nos comimos todos los chocolates y pasteles que entramos al cine. Nos encantó realmente la película. A mí me pareción una película limpia, sin dobles sentidos, sin escenas que tachar, sin chistes superfluos...
A los chicos los mantuvo al borde de la silla durante toda la jornada. Entramos al cine de día y salimos de noche. Fue mágico, caminamos antes y después de la función, la séptima estaba cerrada para nosotros... bueno para toda la ciudad. El edificio de Colpatria estaba iluminado justamente con los colores de Bogotá: amarillo y rojo. Mamá paso por nosotros al final del día y caímos rendidos.

Recomendada.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA RIQUEZA ESCONDIDA por William Ospina

Hace unos cuatro años tuve la oportunidad de visitar la India. Ya de regreso, alguien me preguntó si no me había impresionado mucho la pobreza, y no pude recordar si había visto pobres en la India. Por supuesto, vi innumerables personas que carecen de muchas cosas, pero me pareció que no había pobreza en los términos en que nosotros la conocemos aquí. Hay mendigos, hay incluso personas que pertenecen a la casta de los intocables, que son discriminados por los demás y sólo pueden ejercer los oficios más humildes. Pero por el curioso orden mental que allá impera, no hay nadie que esté despojado de un lugar en el cosmos, todo el mundo tiene una explicación filosófica y trascendental sobre su situación, y entiende o cree entender el puesto que el ha tocado en el universo. Tal vez por eso pocos se rebelan contra su situación. Al cabo de un determinado número de reencarnaciones tendrán aquello de lo que ahora carecen, o mejor aún, acaso logren escapar a la rueda de las transmigraciones e in

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave