Ir al contenido principal

Distancia

Entre lo que quiero y lo que puedo
Entre los que me aman y los que amo
Entre cómo me aman y cómo amo
Entre lo que doy y lo que recibo
Entre lo que recibo y lo que doy
Entre lo que sé y lo que parezco saber
Entre lo que sé y lo que quisiera saber
Entre lo que digo y lo que quisiera decir
Entre lo que tengo y lo que puedo tener
Entre lo que tengo y lo que querría tener
Entre mis mejores amigos y yo
Entre mi familia para arriba y mi familia para abajo
Entre la pastilla roja y la pastilla azul
Entre Termópilas y mi cama
Entre la guerra y la violencia
Entre mi mamá y yo
Entre mi papá y yo
Entre Carolina y yo
Entre mi hermana y yo
Entre David y yo
EntreAndresyyo

Entre quien soy y quien quiero ser
Entre mi educación y cómo educo

Entre tu y yo

******

Hoy cargue a mis hijitos como gallinita: los lleve a la U mientras entregaba notas, al taller para que revisaran el carro antes del viaje, a la notaría a hacer un papel...me impactó que mientras iba a la notaria llovía asi que decidi dejarlos entre el carro unos minutos y cuando llegué Rosario dijo "mami, le conté un cuento a Rodrigo porque noté que tenía sueñito, y se durmio!" No son lindísimos???

Compartí con los que quieran un texto de DIno Segura sobre enseñanaza de las ciencias...muy chevere y muy cortito. Lo encuentran abajo a la izquierda en el Box.

Comentarios

Me encanta cuando escribes cosas como estas... que pasará con la distancia entre Rodrigo, Rosario, Anita y Mario...

Hoy vi que en la distancia, en otros sitios del mundo, la distancia no es menor.

...así que la distancia física es irrelevante...

JM

Entradas más populares de este blog

Carta a Nancy (y a tod@s los que dudan si escolarizar o no)

Hola Nancy, No te conozco sino a través de la confianza de Angélica, así que voy a escribirte como si te conociera.  Nuestra familia se desescolarizó años antes de que naciera nuestra primera hija, Rosario. Es más, una de las razones por las que me consideré "compatible" con el padre de mis hijos para crear un experimento de pareja, fue la sospecha y el desasosiego que nos producía la escolarización.  Pero...una cosa es cómo te imaginas la cotidianidad desescolarizada, y otra un poco distinta como es (todo en la vida es así no?). De todas maneras era muy claro, por muchas razones, que no queríamos darle a nuestrs hijos ni la educación elitista y blanca que no podíamos (ni queríamos) pagar de los colegios considerados "excelentes" (yo misma me gradué de uno de esos); ni la educación de obrero raso que nos ofrecía la educación pública. (Nota al margen a propósito de esto. Si esta diferencia es notoria en Bogotá, no se imaginan Cartagena. La educación pública aquí es .

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave