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Vivir sin instituciones

Cuando me embarga una sensación como de frío y soledad, y hoy me refiero puntualmente a la realidad extraordinaria de la muerte de Hugo Chavez, pienso en mi vida, en como soy y en cómo están creciendo R&R.

Estamos lejos de la familia. No vamos a la escuela. Vivimos en una ciudad donde el gobierno importa un pepino, porque es más el enemigo que cualquier otra cosa. No tenemos una iglesia que "nos acoja y nos levante" como dice un amigo mío.

Y me pregunto si esta orfandad es provechosa o si aumenta mi terror mi soledad y mi dolor. O si fortalece mi espíritu, y lo dota de coraje. Simplemente no lo sé.

No se por qué pero la muerte de Chávez me hace preguntas sobre la necesidad de que te guarde un estado, te abrace una familia, te consuele una iglesia, te eduque una escuela. Y reconozco no saber si estoy equivocada, posiblemente sí lo esté. Pero el riesgo de que lo que estamos inventando sea un mundo mejor, no me permite detener la aventura.

Descanse en Paz, Chavez. Aquí cada uno hace su revolución como puede. Lo importante es ser revolucionario (y con eso, por supuesto, para información de mi familia) no quiero decir que debamos ser guerrilleros. Quiero decir que hay cosas, MUCHAS, en este mundo que deben ser cambiadas, como es evidente con solo asomarse por la ventana. Y que lo importante es 1. RECONOCER LA NECESIDAD DE CAMBIO, 2. Dotarnos de un lugar para propiciar ese cambio, 3. Hacerlo posible.

En fin. Qué susto vivir. Qué susto no tener tiempo suficiente para lograr lo que queremos. Qué susto el cáncer. Y qué afan de ponernos a trabajar ya!


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