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Llegaron

Se me olvidaba que con niños más grandes no se puede hacer planes (sin contar con ellos). El día de hoy va a ser difícil porque cumpla años la persona más importante de mi vida Cartagenera (50 años), hay el sepelio del hijo de la tercera y cuarta persona más importante de mi vida Cartagenera (en Barranquilla), y Rosario y ROdrigo tienen voluntad propia...de no ir a ninguno de los dos eventos...

Afortunadamente a Sorora Sonora sí me quieren acompañar.

Lejos está el día en el que uno mete al bebe en una bolsita, llevando consigo su brassier de lactancia y 3 pañales y sale a aventurar el mundo... suspirito.

Crecen mis chiquitos. Están grandes, tienen sentido del humor, dolores propios, inquietudes, dilemas... los veo florecer y ya nada es tan fácil. No son "embolatables". Y para mi como mamá, estará la tensión permanente entre quererlos complacer, deberlos complacer y mis prioridades y decisiones...

En una familia democrática, es decir donde se busca ante todo el consenso antes que la imposición, es dura esta negociación permanente. Hay que darse la pela máxima antes de decir sulfurada "pues aqui se hace lo que yo diga y punto". Jajajaja. Pero a veces tocará...

Hoy no. Llegaron llenos de esquirlas del bombardeo que es la vida. Les duele y es comprensible la distancia con su padre amoroso, con su esposa dulce y con el hermanito bebé. Rosario ya nunca más recorrió el camino del aeropuerto con cara de alegría, sino con una tensión amarga que se esfuerza por parrecer feliz para que a mi no me duela. Ayer lloraron mucho. Yo abracé mucho. Es dificilísimo entender el dolor de los chiquitos y no poder hacer nada para consolarlos. Yo me separé de Mario. Yo me cambié de ciudad. Yo tengo una vida satisfactoria. Y ellos buscan su lugar en el mundo. Así es la vida, es la condición de padres y de hijos siempre.


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