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Repito

Siento que esto ya lo he escrito antes, varias veces. Pero tengo la necesidad de volverlo a decir.

Ayer discutía con Martha lo importante que es para que la energía fluya, que uno sea veraz. La verdad es difícil de manejar. Por supuesto, en primer lugar, porque es relativa al que la dice. Cada quien ve la vida con sus ojos: con los ojos de sus valores que no son otros que los de su crianza, de la forma en que lo enseñaron desde pequeño a juzgar el bien y el mal; con los ojos de su conveniencia, puesto que cada uno está en una situación y condición particular, todos tenemos intereses en juego; con los ojos de sus pasiones, o a ¿quién no se le desvía la mirada cuando de lo que más ama se trata?; con los ojos, o mejor con las cegueras, de la voluntad, por algo dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver.

Total general: la verdad es relativa.

Sin embargo, es importante compartirla. Es el primer peldaño de la confianza, que es el cimiento del amor, de cualquier amor. Y es que en esto aún sostengo intensamente, que el amor y la amistad sólo son cuestión de gradualidad (como diría mi amigo Erwin). "Amar" no es relativo ni a sexo ni a pareja, amar es relativo a confianza. Y Confiar está en relación con amigo/a. Pero para confiar, lo primero es que podamos construir puentes entre nuestras verdades. Ninguno tiene razón, pero ambos tienen derecho permanente a saber porqué el otro hace lo que hace, dice lo que dice, y piensa lo que piensa. Lo que hace y dice es visible (relativamente). Pero lo que piensa solo lo es si uno lo dice...Hablar sobre su verdad...o escribir! Como en este blog...

Lo importante es que amar-confiar-pensar son funciones de las verdades que decimos. Las verdades que omitimos, no existen...o se prestan a interpretación. (Será por eso que yo hablo tanto? Jajajaja). Y la interpretación es aún más relativa, no podemos interpretar el silencio de otro, puesto que NO CONOCEMOS SU VERDAD. (Pensándolo bien, creo que esto tiene que ver mucho con las formas en que los hombres y las mujeres se relacionan, y en especial, con las inseguridades que nos plagan a las mujeres).

Creo que el flujo energético de las personas está en su capacidad de intentar con intensidad ser coherentes (hacer coincidir pensamiento (verdades), palabra (dichas) y obra (hechas))...una persona que se contradiga mucho en las tres, se carga contra sí misma porque sabe que se miente...y lo que es peor, miente a quienes ama...

El que BUSCA la coherencia (es imposible de lograr, por supuesto) se siente muy feliz...no se por qué...es la satisfacción de saberse una obra en construcción, de saberse, como en el analogía de Nietzsche, en poder del martillo y el cincel esculpiéndose a sí mismo.

Además, no hay nada más bonito que una verdad conjunta (que ya no son verdades ligadas por puentes solamente sino un espacio común) que es cuando logras crear un espacio tuyo con alguien en los que ambos (o más) se interpreten bien... Y todo lo demás...fluye. Todo lo demás.

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