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Sobre la maternidad y el trabajo como forma de estrés

Les comparto este artículo que me evocó una reflexión que tenía pendiente de escribir hace años.

Desde que nació Rosario hace ya más de 10 años, y cuando me di cuenta que mis inquietudes profesionales eran importantes para mi, ambicioné ser exitosa en ambos frentes. Educar a mis hijos en casa me mantuvo entretenida algunos años en los que trabajaba tiempo parcial porque nos manteníamos con dos salarios y se podía. En algún momento tuve que vincularme a un trabajo de tiempo completo, con Rosario de un año, y a la vez estudiar la maestría. El trabajo pagaba bien pero quedaba a 1.5 horas de mi casa. Muy lejos para pensar en hacer algun acercamiento durante el día. Salía a las 6am en una ruta, salía del colegio a las 4pm y a las 530 comenzaba la maestría hasta las 8. Cuando llegaba a casa a las 845, solo me quedaba, y menos mal, la lactancia.

Desde ese momento se me volvió obsesiva una cosa que yo llamaba por ignorancia el equilibrio casa/trabajo. Años después cuando tuve un rato para pensar en hacer una investigación formal al respecto (auqnue nunca la hice porque no era un tema de interés de las lineas de investigación de una universidad conformada en un 80% por mujeres), descubrí que solo la psicología social trataba el tema en algún detalle. Lo nombraban "integración hogar trabajo" y ahí me quedó la inquietud. Solo supe que en Mitsubishi la planta incluía muchos facilities como unas guarderías, dos colegios y hasta un college que facilitaba ver e interactura con los hijos varias veces durante el día. El resto de la literatura era solo de psicólogos que lo clasificaban como un asunto relevante en el manejo adecuado del estrés. Es decir que la responsable de perder el equillibrio hogar trabajo era la persona, por su inadecuado uso del tiempo. Esta afirmación me daba rabia. Aún me da. MUCHA RABIA. Hasta hace como un mes en el Congreso de Maternidad Multitarea descubrí que allá lo llaman "conciliación". ¡Y hay un debate público al respecto!

Más adelante en la vida tuve dos oportunidades fantásticas de entender. En el IDEP, mi jefa era mujer y un día le dije: legalmente mi OPS no me obliga a cumplir horario. Yo se que tengo que venir a las reuniones y estar disponible todo el tiempo. Estoy lactando. Podría ser que solo vengo a las cosas programadas y le entrego el trabajo mío por productos? Dijo que sí. Se dio la pela. Mucha gente, sobre todo las mujeres, le criticaron su "preferencia" y nos acusaron de corruptas. Yo hice un gran trabajo. Nunca falté. Duré 18 meses trabajando en el sector público con maestros, en un mega proyecto para reconocer las maestras y maestros que lo hacen bien en el aula, que aunque son pocos, trabajan desde la adversidad. Aún está colgado el mapa que produjimos en la primera pagina del IDEP lo cual prueba que fue un gran trabajo. Tiene 9 años. No recuerdo haber trabajado con más amor y más compromiso que en ese momento de mi vida.

Durante mis años en el IDEP gané una beca de líderes latinoamericanos. Rodri tenía 2 meses para la fecha de la formación que duraba un mes. Escribí avisando que iría con una acompañante para que se hiciera cargo de mi hijo lactante que me acompañaría. El mismísimo Atilio Borón me retiró la beca. Googléenlo. Muy "nuevo liderazgo latinomericano". Siendo así al cabo que ni la quería.

En el resto de trabajos que he tenido yo he puesto las reglas.

Y entré a la Universidad Tecnológica de Bolívar. Me tomó 2.5 años y un diplomado que hicimos en el programa llamado "Las Mujeres se Toman la Palabra" demostrarle a esa institucion que si la planta de personal y docente era de 76% mujeres, era increíble lo masculinas que eran las lógicas. Y es porque las mujeres gritan mucho, JODEN mucho, pero no piensan en lo que es verdaderamente revolucionario: sus condiciones. 3 meses después de que renuncié a la UTB abrieron la guardería con gran show. La abrieron porque duré 3 años martillando que las trabajadoras y las estudiantes embarazadas necesitaban poder estudiar tranquilas y a la vez lactar a sus bebes, o saber que estaban siendo cuidados CERCA DE ELLAS. Fui mirada como loca hasta por las psicólogas. En fin, sin comentarios. La rectora y bienestar por fin entendieron el valor del esfuerzo y se hizo que es lo que importa.

Ahora que de nuevo estoy en un cargo formal, con una contratación de tiempo completo, estoy de nuevo ante el dilema. No puedo escoger. Ahora soy la cabeza del hogar. La otra cabeza es gran padre pero está lejos y comparte los gastos formalmente, es decir, paga unas cuentas. Todas las mamás solteras del mundo sabemos que lo que pagan nunca llega ni al 35% de lo que vale criar, ya que el 90% de los gastos son imprevistos: un helado, unos calzoncillos nuevos, un par de acostumbradores, un peluche, varios estrenos en el cine, unos almuerzos en la calle cuando nos encontramos con amigos. Es la vida la que uno hace posible con el dinero que se obtiene trabajando. Y además, lo que importa no es solo la carga económica, sino la emocional y psicológica.

En estos días me recetaron Xanax, un tranquilizante. Muchas mujeres como yo lo toman. Es normal. (Eso dijo el doctor.) Yo lo pedí y cuando lo tuve en la mano sabía que no lo tomaría. El problema no soy yo, y no tengo que doparme para sentirme mejor. El problema es que el sistema me trata como a un hombre, un hombre que se levanta, tira la ropa a un cesto, baja a la mesa a tomar su desayuno, trabaja todo el día, llega a casa cansado, y ocasionalmente bebe unas cervezas con sus amigos. Pasa unos ratos con sus hijos, les ajusta la camisa y les revuelca el pelo. Y el 30 de cada mes paga todas la cuentas.

No soy un hombre. Soy una mujer. Y necesito entrar mas tarde a trabajar porque baño y desayuno a 3 personas, ausentarme a almorzar apra ver como va el día y asegurarme de que se coman las verduras, asistir a mis citas médicas, las de Rodrigo y las de Rosario. Salir un poco más temprano para compartir con ellos algo de día. Y ganar más, no igual, no menos.

Si la guardería me tomó 3 años, esto probablemente me tomará una vida. Sobre todo sola, porque lo que más me duele es que la mayoría de las mujeres no luchan por nada similar. Ellas ocupadas en su tarjeta de crédito, su maquillaje o su prontuario, creen que el feminismo reposa en los discursos libertarios.

Fracasaron las feministas que me pusieron a mi en este lugar. Liberticidio. Vamos por algo diferente! (Lo mejor es que esto vale también para los hombres que crían. Me gustan los discursos de género degenerados.)

Para concluir el link de un evento al que asistí virtualmente que cuando vi...pensé. Miercoles, no soy yo la única loca.





Comentarios

Anónimo dijo…
Ana! me gusaría poder decirte uqe no estas tan loca... pero bueno, en cmbio te digo que no sos la única!! genial el sitio de educarpetas.. lo viste?
un abrazo
paula

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