Leía sobre el suicidio de Virginia Woolf y cómo éste fue utilizado por los periódicos para crear patriotismo y defender la valentía de las personas que sí afrontaban la guerra, no como ella que con cobardía..."huyó".
Y recordé que la peor enseñanza que me dejó mi educación escolar fue el afán de tener razón. Me ha costado los 20 años que llevo fuera del colegio lograr desaprender esa "competencia". Hoy se que es más importante entender que tener razón, pero vaya si me ha costado. El colegio me adiestró muy eficazmente en sentir placer de saber más, de ganar una argumentación (lo cual no es del todo malo). Sin embargo, omitió una enseñanza indispensable: cuándo usarlo. Así, esa "competencia" fuera de control me ha mantenido en el dificil ámbito del juicio.
Hoy me exijo gran paciencia y "ando en chanclas" para poderme poner los zapatos del otro más facilmente. Y me siento super orgullosa de las veces que mis hijos tan amorosamente me han dejado ser en mis defectos, sin condicionar el amor a la razón o la objetividad. Está en la naturaleza infantil esto de la empatía. Es un sistema social enfermo el que por alguna via (padres discriminadores, escuela racionalista) nos convierte en seres capaces de olvidar que cada quien tiene una lucha propia que hay que respetar y que "es más importante entender que tener razón".
Y recordé que la peor enseñanza que me dejó mi educación escolar fue el afán de tener razón. Me ha costado los 20 años que llevo fuera del colegio lograr desaprender esa "competencia". Hoy se que es más importante entender que tener razón, pero vaya si me ha costado. El colegio me adiestró muy eficazmente en sentir placer de saber más, de ganar una argumentación (lo cual no es del todo malo). Sin embargo, omitió una enseñanza indispensable: cuándo usarlo. Así, esa "competencia" fuera de control me ha mantenido en el dificil ámbito del juicio.
Hoy me exijo gran paciencia y "ando en chanclas" para poderme poner los zapatos del otro más facilmente. Y me siento super orgullosa de las veces que mis hijos tan amorosamente me han dejado ser en mis defectos, sin condicionar el amor a la razón o la objetividad. Está en la naturaleza infantil esto de la empatía. Es un sistema social enfermo el que por alguna via (padres discriminadores, escuela racionalista) nos convierte en seres capaces de olvidar que cada quien tiene una lucha propia que hay que respetar y que "es más importante entender que tener razón".
Comentarios