Ir al contenido principal

Epifanía

Hoy ha sido un día emocionalmente intenso. Estoy en un proceso fuerte de redescubrimiento personal de entender por qué hago cada cosa que hago, para qué y si quiero seguirla haciendo, para cambiar lo que pueda, y ser libre y abrazar lo que que me quede tras la depuración.

Hoy tuvo una alta y una baja. La alta fue un momento en el que por primera vez en mi vida tomé decididamente mi diario y supe lo que quería. No los cómos, esos quedan en otras manos, los qués. Recuerdo no haber estado nunca segura de qué es lo que viene, y de pensar que eran las circunstancias las que terminaban por determinarlo. Y aunque eso es parcialmente cierto, también es bien falso.

Puse mis quereres en palabras, no para que se me den, sino para que yo sepa cuales son. Simplemente. Que se den o no, no depende solo de mi. Será una parte, y dejará de ser otra. Como todo. Pero sé. Tla vez un día tenga el coraje de publicarlo aquí en este rincón de mi memoria personal que hoy comenzaré a releer para conocerme.

Y la baja fue cuando me di cuenta que es la ignorancia, el desamor, la desconfianza y la mentira lo que nos acaba como país. Ya lo sabía. Se constata abriendo un periódico y viendo noticieros. Pero leyéndolo así no es tan crudo, ni tan vil, como cuando uno, al interior de una comunidad, ve como se manipula y destruye un esfuerzo de personas capaces, por intereses mezquinos y ladrones. Hoy algo en mi se rompió del todo. Y decidí que orientaré mejor mi energía en otras direcciones.

Quiero ser la mujer sencilla que soy. NO me interesa ni el dinero ni la fama. Quiero a quienes me quieren porque se lo difícil que soy, y lo compleja. Pero tmabién conozco mis virtudes y mis compromisos. Y sé que he hecho todo lo que está en mis manos para darle la talla a mis retos. Así soy. Ya está.

Comentarios

Hermosa, clara, concisa y honesta como siempre, Ana. No se si te acordás de mí, pero te sigo desde hace tiempo.
Un abrazo argentino. Y mucha fuerza, que cuando descubrimos por fin los "que", todo se vuelve mucho pero mucho más simple.

Cariños. Isa.
Mamá Facilitadora de Aprendices Autodidactas y Autogestivos desde 2005.

Entradas más populares de este blog

LA RIQUEZA ESCONDIDA por William Ospina

Hace unos cuatro años tuve la oportunidad de visitar la India. Ya de regreso, alguien me preguntó si no me había impresionado mucho la pobreza, y no pude recordar si había visto pobres en la India. Por supuesto, vi innumerables personas que carecen de muchas cosas, pero me pareció que no había pobreza en los términos en que nosotros la conocemos aquí. Hay mendigos, hay incluso personas que pertenecen a la casta de los intocables, que son discriminados por los demás y sólo pueden ejercer los oficios más humildes. Pero por el curioso orden mental que allá impera, no hay nadie que esté despojado de un lugar en el cosmos, todo el mundo tiene una explicación filosófica y trascendental sobre su situación, y entiende o cree entender el puesto que el ha tocado en el universo. Tal vez por eso pocos se rebelan contra su situación. Al cabo de un determinado número de reencarnaciones tendrán aquello de lo que ahora carecen, o mejor aún, acaso logren escapar a la rueda de las transmigraciones e in

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Este día de la madre es el que soñe

Quise tener a mis hijos joven para llegar un día a esta realidad: que mi hija tuviera 15 y yo 40. Me parece una diferencia sensata, y me permite vivir una buena parte de mi propia vida, mientras la veo extender las alas de la suya. Y por fin llegó este anhelo. Y con él, la certeza de que el nido que construyen con uno es una condición temporal, finita y pequeña donde lo que les enseñamos es a ser, nunca a pensar ni a vivir. Eso lo deciden ellos mismos.