Ir al contenido principal

Resumen de lo que voy comprendiendo

Bueno, qué titulo tan inmodesto. No entiendo un carajo! Pero ya está. Justamente aora no me importa si entiendo o no lo hago. Lo que me importa es lo que efectivamente pasa.

Efectivamente salí de mi trabajo. Mi contrato se terminó porque mis jefes consideran que el proyecto estará mejor manejado desde Bogotá que teniendo oficinas regionales. Yo creo que es una mala decisión, pero no me importa mucho convencerlos. Desde mi ultimo trabajo como empleada en la UTB perdí la fe en que alguna vez una institución le diera importancia a un argumento. La institución actúa, no piensa. Y ya está.  Para mi, la verdad ha sido mejor. Participé en la fase más determinante del proyecto, su diseño. Lo que falta es que en los 4 años que resten el que llegue implemente lo que yo (claro, con un equipo de gente muy pila) visioné.  Además, no tendré que "manejar las expectativas" de nadie con esta locomotora de personalidad, llena de pasión y convicciones que me temo que no puedo y no quiero moderar, y que desafortunadamente para mi exempleador llenan de ilusión y de esperanza a las organizaciones de base.

La pasión no es una cualidad bien vista en la cooperación internacional, donde los técnicos construyen sus realidades de papel. En fin. Yo soy de un mundo diferente. De un mundo donde una pequeña ONG llamada FEM, con 20 voluntarios llenos de pasion y compromiso, dan esperanza con existir y llevar unos botes de pintura para pintar una escuela. Es otro mundo. Uno mejor y más bonito. Más...digamos, más yo.

Y hoy lo que me queda son montones de tiempo pra invertir en mis ilusiones de progreso:
1. la máxima: la construcción de un camino de inquietud intelectual y autodidactismo para mis hermosos hijos (que va muy bien...el IPAD es un éxito en este sentido...altamente recomendado)

2. el optimismo feroz de que puedo trabajar en equipo con mucha gente para mejorar la vida de todos. El optimismo de tenr grandes ideas y un equipo robusto y siempre dispuesto a materializar cualquier cosa.

3. el profundo agradecimeitno que siento hacia mis condiciones materiales: mi hermosa casita en getsemaní decorada con amor profundo por estos tres habitantes bonitos...pondré unas fotos inmodestas al final de esta entrada, mi vida llena de posibilidades y privilegios que busco multiplicar redistribuyendo. Solo así soy feliz YO. Y los demás...pues al cuerno cómo crean que se come la felicidad.


Hoy estoy muy muy muy feliz. Me siento próspera y capaz.  Ya me llamaron a 2 entrevistas de trabajo. Y ya tengo dos trabajos propios. Y un par de hijos tan completos que me da vértigo de la admiración que les profeso. A qué hora pasó todo esto? Que belleza de vida y de destino del que he sido dotada.

Me siento PROFUNDAMENTE AGRADECIDA. Y trabajaré durísimo para que ese sentido de compromiso y humildad que siento hacia la vida por portarse bonita conmigo sea recompensadísima con creces hacia los que me rodean.

Soy un humano. Y tengo el privilegio de pertenecer a una cultura que me dotó del conocimiento acumulativo de todos mis ancestros, y los de todos los demas.





Ay no se...estoy tan enamorada del universo!

Comentarios

Unknown dijo…
Y yo de tu forma de vida, tal vez por mi incapacidad de parir una tan bonita como la tuya

Entradas más populares de este blog

Carta a Nancy (y a tod@s los que dudan si escolarizar o no)

Hola Nancy, No te conozco sino a través de la confianza de Angélica, así que voy a escribirte como si te conociera.  Nuestra familia se desescolarizó años antes de que naciera nuestra primera hija, Rosario. Es más, una de las razones por las que me consideré "compatible" con el padre de mis hijos para crear un experimento de pareja, fue la sospecha y el desasosiego que nos producía la escolarización.  Pero...una cosa es cómo te imaginas la cotidianidad desescolarizada, y otra un poco distinta como es (todo en la vida es así no?). De todas maneras era muy claro, por muchas razones, que no queríamos darle a nuestrs hijos ni la educación elitista y blanca que no podíamos (ni queríamos) pagar de los colegios considerados "excelentes" (yo misma me gradué de uno de esos); ni la educación de obrero raso que nos ofrecía la educación pública. (Nota al margen a propósito de esto. Si esta diferencia es notoria en Bogotá, no se imaginan Cartagena. La educación pública aquí es .

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave