Ir al contenido principal

Reingeniería II

Ando de nuevo con ánimo de cambiar. Tuve una conversación importante con Mario. Estoy tranquila y feliz. Adelante, sólo es posible seguir adelante. Y estoy llena de una nueva vitalidad y una energía...total. Sé que será duro cuando todos se vayan y la casa vuelva a quedar en silencio. Pero el proyecto de desescolarización ES posible, existe aún y vamos a seguir adelante. Contamos con la complicidad de varios colaboradores así que explotaremos al máximo las ventajas de una ciudad con mucha oferta y poco tamaño. Así nos prepararemos para volver, tal vez no a Bogotá, pero sí a algún lugar en sus alrededores, cerca del círculo natural que el proyecto mismo creó.

Ese es el esbozo de 2008 que ahora existe...tendrán algunos meses más para venirnos a visitar al caribe...vengan!

De nuevo haré parte de esta historia lo escrito en la descripción del blog....cambiará de nuevo:

Este blog es el blog de mi vida con mis hijos. Las preguntas que me hacen, las dudas que me generan, las alegrías que mucho suscitan. Vivimos en Cartagena y vinimos a entender. Ellos no van a la escuela. Yo quisiera saberme una mamá completa.

Comentarios

Anónimo dijo…
me alegro realmente que tu apuesta política y pedagógica siga en pie. No sería justo dejarla a un lado. Ni por los chicos, ni por sus papás!

Mucho ánimo! Mucha fuerza de esa que te sobra! Mucha paciencia y sonrie con gran emoción cmo sabes hacerlo!!!

Quilla está a hora y media de ida y de vuelta, qué buena noticia, cierto!!!

Entradas más populares de este blog

LA RIQUEZA ESCONDIDA por William Ospina

Hace unos cuatro años tuve la oportunidad de visitar la India. Ya de regreso, alguien me preguntó si no me había impresionado mucho la pobreza, y no pude recordar si había visto pobres en la India. Por supuesto, vi innumerables personas que carecen de muchas cosas, pero me pareció que no había pobreza en los términos en que nosotros la conocemos aquí. Hay mendigos, hay incluso personas que pertenecen a la casta de los intocables, que son discriminados por los demás y sólo pueden ejercer los oficios más humildes. Pero por el curioso orden mental que allá impera, no hay nadie que esté despojado de un lugar en el cosmos, todo el mundo tiene una explicación filosófica y trascendental sobre su situación, y entiende o cree entender el puesto que el ha tocado en el universo. Tal vez por eso pocos se rebelan contra su situación. Al cabo de un determinado número de reencarnaciones tendrán aquello de lo que ahora carecen, o mejor aún, acaso logren escapar a la rueda de las transmigraciones e in

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave