Difícil recordar un año más sufrido que este, y por el cual me sienta más agradecida. No se cómo correlaciona esto en mi balance final pero así es. Siento que crecí infinitamente, que hoy soy claramente mejor ser humano, en gran parte porque reconozco mis limitaciones y soy capaz de mirarme en un espejo con valentía y respeto. No le temo a lo que hay, aunque haya manchas y errores. Creo que ese es el mejor logro del año. Fue dificilísimo, sufrí ataques, traiciones y deserciones. Me sentí abandonada, no querida, desertada, traicionada. Sentí durante buena parte del tiempo que había desperdiciado mi energía y mi pasión en proyectos de toda índole que no valían la pena. Fracasé de mil formas, laboralmente, afectivamente, en mi proyecto personal de FEM. Super lo que era dormir todas las noches sin dormir. Y despertar queriendo no pararse. Fui perseguida, chantajeada, odiada y despreciada. Fui humillada varias veces, y aún sig siéndolo por gente a quien amo, y por fortuna seguiré amando.
10 años de desescolarización, maternidad y feminismo(s)