He estado pensativa y ausente. Muy reflexiva. Encaramada en mi ciclo menstrual para ver dónde me lleva porque he aprendido muchas cosas sobre él. Muy dedicada a mis hijos. Muy madre. Aqui es donde empiezo a ser polémica. Pero ya me conocen...
Siento que mis hijos han pasado por 3 etapas. Fueron bebes, luego niñitos pequeños y ahora son niños grandes. Confieso que fui pésima mamá de los niños pequeños. Adoré a mis bebés y estoy descubriendo a los niños grandes. Les voy a explicar. Los bebés son demandantes pero en realidad no te piden nada, solo amor, caricias, comida y limpieza. Todo es predecible y maravilloso. Te lo agradecen todo. Te idolatran. Son lo más agradecido y transparente que hay. Fáciles de entender si les pones atención, fáciles de mantener contentos. Te duele un poco la espalda, y te angustia que se enfermen porque no hablan...pero son básicamente dependientes de ti. Y eso es maravilloso.
Los niños grandes razonan parecido a ti, te escuchan, si les has enseñado a hacerlos se expresan y reclaman. Saben lo que les gusta y lo que no. Tienen inquietudes propias y toman decisiones. (Insisto, si les has enseñado a hacerlo). ANte las dudas preguntas, y ya. Es fácil. NO han perdido la fantasía, no han entrado aún en la adolescencia pero empiezan a entender el mundo más en tu perspectiva de adulto que antes. Son maravillosos, porque se vuelven "tu parche" y te acompañan.
Los niños pequeños, ni bebés ni niños grandes, en cambio, son complejos. No podés razonar del todo con ellos. Pero tampoco te hacen caso y te idolatran. Se encaprichan, no hacen lo que se les pide, tienen una relación maravillosa pero muy excluyente con la fantasía, y se aíslan en ella. Para una mujer como yo, que construyó su relación con la maternidad menos emocionalmente, y más racionalmente (a causa de las heridas emocionales de una infancia...dudosa), pues fue difícil. Pero de repente este par de chiquitines que eran los RyR, decidieron dar un brinco cualitativo. Y crecieron el poquitico que necesitaba yo para que cruzaran el umbral entre niño pequeño y niño grande....
y aquí estoy enamoradísima y sorprendida de verlos crecer. DE las personas que son! Son maravillosos mis hijos. Me siento orgullosísima de mi obra. LA vida nos ha dado golpes pero la resiliencia de todos frente a las adversidades nos ha hecho madurar juntos. BOnito....y duro.
Reconocerme monstrua e incapaz en una fase que me obligó a ocultarme un poco de ellos por el temor que me tenía a mi misma de dañarlos...se convirtio en reconocerme su cómplice y en amarlos arrolladoramente porque componene mi mundo. Todos los días.
BELLÏSIMO
Siento que mis hijos han pasado por 3 etapas. Fueron bebes, luego niñitos pequeños y ahora son niños grandes. Confieso que fui pésima mamá de los niños pequeños. Adoré a mis bebés y estoy descubriendo a los niños grandes. Les voy a explicar. Los bebés son demandantes pero en realidad no te piden nada, solo amor, caricias, comida y limpieza. Todo es predecible y maravilloso. Te lo agradecen todo. Te idolatran. Son lo más agradecido y transparente que hay. Fáciles de entender si les pones atención, fáciles de mantener contentos. Te duele un poco la espalda, y te angustia que se enfermen porque no hablan...pero son básicamente dependientes de ti. Y eso es maravilloso.
Los niños grandes razonan parecido a ti, te escuchan, si les has enseñado a hacerlos se expresan y reclaman. Saben lo que les gusta y lo que no. Tienen inquietudes propias y toman decisiones. (Insisto, si les has enseñado a hacerlo). ANte las dudas preguntas, y ya. Es fácil. NO han perdido la fantasía, no han entrado aún en la adolescencia pero empiezan a entender el mundo más en tu perspectiva de adulto que antes. Son maravillosos, porque se vuelven "tu parche" y te acompañan.
Los niños pequeños, ni bebés ni niños grandes, en cambio, son complejos. No podés razonar del todo con ellos. Pero tampoco te hacen caso y te idolatran. Se encaprichan, no hacen lo que se les pide, tienen una relación maravillosa pero muy excluyente con la fantasía, y se aíslan en ella. Para una mujer como yo, que construyó su relación con la maternidad menos emocionalmente, y más racionalmente (a causa de las heridas emocionales de una infancia...dudosa), pues fue difícil. Pero de repente este par de chiquitines que eran los RyR, decidieron dar un brinco cualitativo. Y crecieron el poquitico que necesitaba yo para que cruzaran el umbral entre niño pequeño y niño grande....
y aquí estoy enamoradísima y sorprendida de verlos crecer. DE las personas que son! Son maravillosos mis hijos. Me siento orgullosísima de mi obra. LA vida nos ha dado golpes pero la resiliencia de todos frente a las adversidades nos ha hecho madurar juntos. BOnito....y duro.
Reconocerme monstrua e incapaz en una fase que me obligó a ocultarme un poco de ellos por el temor que me tenía a mi misma de dañarlos...se convirtio en reconocerme su cómplice y en amarlos arrolladoramente porque componene mi mundo. Todos los días.
BELLÏSIMO
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