Difícil recordar un año más sufrido que este, y por el cual me sienta más agradecida. No se cómo correlaciona esto en mi balance final pero así es. Siento que crecí infinitamente, que hoy soy claramente mejor ser humano, en gran parte porque reconozco mis limitaciones y soy capaz de mirarme en un espejo con valentía y respeto. No le temo a lo que hay, aunque haya manchas y errores. Creo que ese es el mejor logro del año. Fue dificilísimo, sufrí ataques, traiciones y deserciones. Me sentí abandonada, no querida, desertada, traicionada. Sentí durante buena parte del tiempo que había desperdiciado mi energía y mi pasión en proyectos de toda índole que no valían la pena. Fracasé de mil formas, laboralmente, afectivamente, en mi proyecto personal de FEM. Super lo que era dormir todas las noches sin dormir. Y despertar queriendo no pararse. Fui perseguida, chantajeada, odiada y despreciada. Fui humillada varias veces, y aún sig siéndolo por gente a quien amo, y por fortuna seguiré amando.
Me dolió muchísimo este año.
Pero aquí estoy. El final del año trajo miles de recompensas. Aún no ha terminado de cuajar mi salud, probablemente no lo haga todavía, fue una alerta de poner más atención en mis necesidades como persona...de fijarme mucho menos en las de los demás y concentrarme en mi. Trajo además dos amores eternos de vuelta en mi vida cotidiana. Qué más se puede pedir. Perdí un amor...lo perdí de la manera más vil y retorcida... pero gané dos. Dos de los que nuca he perdido. De los que sé qué significa el silencio y la ausencia, y de los que me han dado alas para ser quien soy.
Espero que este año que entra me traiga de nuevo ese amor perdido. El amor nunca se pierde.
Perdí tantos "amigos". Personas que en la vida cruzan y se hacen sentir porque necesitan, necesitan cosas...pero no están por ti. No es realmente por ti. Sino por ellos. Lo que gané fue a mis verdaderas amigas: de repente las vi en todo su valor e intensidad. En su inmensa presencia en mi vida. Las que siempre habían estado allí pero habían sido invisibilizadas por el ruido de las circunstancias. No tengo como agradecer la intensa presencia de Jadín, de Ana, de Libia, de Nurys. No fallaron ni en las peores circunstancias, ni en el centro mismo del huracán de mis demonios. A los que fallaron, qué más da, gracias por fallar. La vida es un eterno colador.
Este año fui cobarde y me traicioné. Me usé en mi contra. Me avergoncé de mi. Me escondí para ocultar verdades que temía enfrentar. Me metí en el closet de alguien y cómodamente me atrincheré ahí para destruirme. Y lo logré. Por fortuna la destrucción es la madre de la creación. Y este nuevo ser que va en oruga será mariposa.
Al sentirme desertada me replegué en mis hijos. Que alegría, qué amor y qué fortaleza. No hay nada que me haya hecho mejor y más fuerte que ser mamá. Mis hijos están dotados de toda la energía del universo y este año, por primera vez caí en sus brazos...mullida y protegida. Están ambos en camino de ser mis hermanos, como dice la loba. Cómo los amo y los necesito. Y me necesitan!
Amé mi trabajo como en mucho tiempo no lo hacía. Resignifiqué lo que era trabajar. Hice lo mejor que pude, y sin embargo salió muy muy muy mal. Fui amenazada, perseguida, acorralada, presionada, tergiversada, acusada, humillada publicamente. Y nada de eso me quitó un pelo de legitimidad. ¿No es eso lo suficientemente elocuente? Que alegría.
Fui lo peor. Lloré como nunca. Terminé en el psiquiatra (por fortuna, ahora lo adoro). Me vi en la inmunda.
Y hoy estoy feliz.
No le temo a vivir.
Mis deseos para todos en el 2013 son que hagan planes para que se les cumplan, pero que no le teman a que no lo hagan, seguramente la razón traerá mejores resultados de los que imaginaron.
Me dolió muchísimo este año.
Pero aquí estoy. El final del año trajo miles de recompensas. Aún no ha terminado de cuajar mi salud, probablemente no lo haga todavía, fue una alerta de poner más atención en mis necesidades como persona...de fijarme mucho menos en las de los demás y concentrarme en mi. Trajo además dos amores eternos de vuelta en mi vida cotidiana. Qué más se puede pedir. Perdí un amor...lo perdí de la manera más vil y retorcida... pero gané dos. Dos de los que nuca he perdido. De los que sé qué significa el silencio y la ausencia, y de los que me han dado alas para ser quien soy.
Espero que este año que entra me traiga de nuevo ese amor perdido. El amor nunca se pierde.
Perdí tantos "amigos". Personas que en la vida cruzan y se hacen sentir porque necesitan, necesitan cosas...pero no están por ti. No es realmente por ti. Sino por ellos. Lo que gané fue a mis verdaderas amigas: de repente las vi en todo su valor e intensidad. En su inmensa presencia en mi vida. Las que siempre habían estado allí pero habían sido invisibilizadas por el ruido de las circunstancias. No tengo como agradecer la intensa presencia de Jadín, de Ana, de Libia, de Nurys. No fallaron ni en las peores circunstancias, ni en el centro mismo del huracán de mis demonios. A los que fallaron, qué más da, gracias por fallar. La vida es un eterno colador.
Este año fui cobarde y me traicioné. Me usé en mi contra. Me avergoncé de mi. Me escondí para ocultar verdades que temía enfrentar. Me metí en el closet de alguien y cómodamente me atrincheré ahí para destruirme. Y lo logré. Por fortuna la destrucción es la madre de la creación. Y este nuevo ser que va en oruga será mariposa.
Al sentirme desertada me replegué en mis hijos. Que alegría, qué amor y qué fortaleza. No hay nada que me haya hecho mejor y más fuerte que ser mamá. Mis hijos están dotados de toda la energía del universo y este año, por primera vez caí en sus brazos...mullida y protegida. Están ambos en camino de ser mis hermanos, como dice la loba. Cómo los amo y los necesito. Y me necesitan!
Amé mi trabajo como en mucho tiempo no lo hacía. Resignifiqué lo que era trabajar. Hice lo mejor que pude, y sin embargo salió muy muy muy mal. Fui amenazada, perseguida, acorralada, presionada, tergiversada, acusada, humillada publicamente. Y nada de eso me quitó un pelo de legitimidad. ¿No es eso lo suficientemente elocuente? Que alegría.
Fui lo peor. Lloré como nunca. Terminé en el psiquiatra (por fortuna, ahora lo adoro). Me vi en la inmunda.
Y hoy estoy feliz.
No le temo a vivir.
Mis deseos para todos en el 2013 son que hagan planes para que se les cumplan, pero que no le teman a que no lo hagan, seguramente la razón traerá mejores resultados de los que imaginaron.
Comentarios
Desde la cercanía virtual y física, te he acompañado a través de tu 2012 lleno de comentarios y fotos. Además de chismosear por las ventanas de tu casa para ver si podía pasar a saludar,lo logré algunas veces. Tus hijos son lindos. Te mando desde la distancia (la distancia prudente que toman los que aceptamos de una u otra manera, el inevitable y muy difícil proceso de volvernos mejores seres humanos) Un saludo de año nuevo muy grande.
FELIZ 2013 EL NUEVO MUNDO.
Reflexionaré sin embargo tu comentario. (algo de cobarde si tengo).
En una sociedad donde los padres delegan tan fácilmente la función de formar individuos a maestros que poco se sabe de ellos, de su capacidad y lo más importante su interés por enseñar... Tengo 30 años y considero seriamente en tomar activamente la educación de mis futuros hijos, pienso que la educación tradicional crea más conflictos como la inseguridad, agresividad, enajenación, opaca la creatividad y restringe la individualidad del niño en comparación con los beneficios dados y restringidos propios al conocimiento. leyendo, documentandome de diversas páginas y libros llegué a este blog en diciembre del año pasado. Considero que la labor de ser padre es una tarea de tiempo completo este o no presentes los hijos, ya que no es el padre el que enseña, si no el que en todo momento se encuentra aprendiendo la tarea divina de educar y formar un buen ser humano tanto para él como para la sociedad en que se encuentra.
Te Comparto estas tres personas de la educación: Pierre Dulaine, profesor que enseña a través del baile y Geoffrey Canada docente y activista social en el documental esperando a superman, Abraham Maslow psicologo y su pirámide de las necesidades, el hombre autorealizado, habla mucho de la educación de los niños.