Acá estamos en la mitad de un refrigerio. Una de estas mañanas habíamos caminado por ahí y por allá en el parque. Rosario comía una manzana y Rodriguito una pera.... galletas, dulces.. que se yo.
Pero de repente Rosario se encontró con algo desconocido en su manzana. En el corazón de la manzana habían unos huevecillos de algún insecto. Yo presumo que unas larvas de algún tipo de oruga o de gusano.
Nos llamó mucho la atención. Era una bolsa con una textura como la fibra de un capullo de mariposa. Dentro se podían ver unas semillas más oscuras.
Hablamos con Rosario sobre la naturaleza del acontecimiento. Eran semillas de un animal en un ambiente vegetal. La mamá insecto había dejado a sus hijos rodeados de comida. Estos bebés podrían nacer y crecer en un ambiente suficientemente bueno para sobrevivir.
Subimos la mirada. El árbol que nos cobijaba tenía también semillas. Vainas abiertas llenas de semillas que harán que el árbol tuviera hijitos. Bajamos una ramita para ver las semillas.
Eran unas semillas negras en unas vainas secas. Con el tiempo se habían endurecido y permitirían que el viento , los animalitos, la lluvia... los llevara a algún lugar en donde podrían aterrizar en una cunita de tierra cómoda.
Con Rosario pensabamos en que son semillas vegetales. Son hijos del árbol, entre ellos son hermanitos. Lo comparamos con un huevo de gallina. La cascara café, la vaina, en donde están las semillas serían la cáscara y la parte negra sería la yema. Los humanos también comemos huevos.
En el árbol vimos unos nidos. Pensamos más. La mamá pajarito dejó a sus hijos en un ambiente seguro; estaría convencida de que sus pollitos encontrarían recursos suficientes para vivir.
Llevamos unas semillitas en el pañuelo de papá. Aun las tenemos y hablamos de ellas. Queremos hacer un collage con ellas.
Pero de repente Rosario se encontró con algo desconocido en su manzana. En el corazón de la manzana habían unos huevecillos de algún insecto. Yo presumo que unas larvas de algún tipo de oruga o de gusano.
Nos llamó mucho la atención. Era una bolsa con una textura como la fibra de un capullo de mariposa. Dentro se podían ver unas semillas más oscuras.
Hablamos con Rosario sobre la naturaleza del acontecimiento. Eran semillas de un animal en un ambiente vegetal. La mamá insecto había dejado a sus hijos rodeados de comida. Estos bebés podrían nacer y crecer en un ambiente suficientemente bueno para sobrevivir.
Subimos la mirada. El árbol que nos cobijaba tenía también semillas. Vainas abiertas llenas de semillas que harán que el árbol tuviera hijitos. Bajamos una ramita para ver las semillas.
Eran unas semillas negras en unas vainas secas. Con el tiempo se habían endurecido y permitirían que el viento , los animalitos, la lluvia... los llevara a algún lugar en donde podrían aterrizar en una cunita de tierra cómoda.
Con Rosario pensabamos en que son semillas vegetales. Son hijos del árbol, entre ellos son hermanitos. Lo comparamos con un huevo de gallina. La cascara café, la vaina, en donde están las semillas serían la cáscara y la parte negra sería la yema. Los humanos también comemos huevos.
En el árbol vimos unos nidos. Pensamos más. La mamá pajarito dejó a sus hijos en un ambiente seguro; estaría convencida de que sus pollitos encontrarían recursos suficientes para vivir.
"Rosario, todas las mamás se aseguran que los hijos tengan sufiente comida para sobrevivir. Nosotros los mamíferos le damos lechita a los bebés"
"Pero las mamás no siempre les dan de comer a sus hijos"
"????????"
"A los niños grandes le toca comer solos"
Llevamos unas semillitas en el pañuelo de papá. Aun las tenemos y hablamos de ellas. Queremos hacer un collage con ellas.
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