Me duele mucho la cabeza. Es dificil hacerles ver cuanto. Y eso me enoja profundamente. Porque aunque me considero un tipo bastante simple, no soporto que ciertas cosas sucedan. Bueeeeno, espero no estar exponiendo un alma secreta y (goda) conservadora dentro mío. Pero el sentimiento de no estar disponible para darles a mis hijos aquello que me piden, me destroza. Es un sentido de frustración como nunca antes he sentido. Es es la razón por la que no me permito enfermarme ejecutando mi papel de papá. Si mi memoria no me engaña, en la presencia de mis hijos rara vez he caido en cama.
Todo comenzó ayer, a la mitad de un maravilloso almuerzo, en donde tuve que despedirme antes de tiempo. Manejé irresponsablemente por la autopista por más de una hora y llegue a casa a cuidar de los míos por otro tanto igual: cena, la película de Bob Esponja (ojo que estaba enfermo y mamá estaba descanzando; CASI no se dá cuenta) y pijamas. Pero no pude resistir el dolor y la fatiga. Prácticamente me desmayé del dolor y comencé una velada bastante incómoda llena de pesadillas. Mamá se encargó de la vigía nocturna y la muy racional me preparó una ducha "tibia". Yo, mientras tanto, estaba rescatando un cetro en el país de los duendes, cuando me despertaron para bañarme le dije dos cosas fundamentales a Anita: ¿Qué hora es? Cómo ella me había sacado de la tierra de los duendes aún tenía tiempo de hacer llegar el tesoro a buenas manos (vieron como si me gustó la película de Arthur), pues con la diferencia horaria entre los reinos yo simplemente podría dejar el botín en cualquiér buzón de correo y con ello asegurarme su llegada. La otra no me acuerdo ahora, he debido anotarla.
Pero la línea de fondo de esta entrada es detesto estar en la posición de la indefensión. La gran mayoría de las veces reto mi mismo organismo. Creo que una actitud valiente puede manejar el cuerpo y la mente humana. No sigo en este camino porque: ni soy un tal por cual como Cohelo ni mando oleadas de pawerpoints de "los poderes mentales", mi dios me libre... Ya hoy, hacia la segunda mitad de la mañana estabamos bañados y desayunados, pero los viejos estabamos desparramados en cama. ¡No podía ser con los chicos con ganas de tener aventuras! Así que usando el extra power de la estrella de Mario Bros, me levanté y fuimos a caminar un rato con los chicos. Estuvo genial, compramos cosas para el almuerzo y pastillas para la garganta de los papás. Regresamos e hicimos unos tacos deliciosos. Almorzamos y, una vez que el extra power se disolvió... plop. A la cama nuevamente: disuelto. Ya Tía Dianis y Rosario habían coordinado pasar la tarde juntos. Pero ni me dí cuenta cuando Rodrigo se había escabullido también donde la tía.
Me despertó la risa de Rosario cerca a las cinco o seis de la tarde. (No uso el reloj biológico porque se encuentra justamente donde está la zona de la migraña. No sé nisiquiera la fecha del día de hoy). Estaban arreglando el jardín y buscando monstruos. Adorables. Y es que Rosario (Rodri también pero está en otra etapa) añora pasar tiempo con Dianita. La primera debe sentir que la segunda tiene lo mejor de ser adulto sin estas cosas tan espantosas y pendejas de los papás; la libertad más allá del discurso filosófico de los viejos. Y es que nunca está de más agradecerle a la tía todo el apoyo VERDADERO con nosotros. Y no es que Dianita sea unschooler, al contrario, ella no está completamente de acuerdo. Pero su amor a los chicos supera esta y cualquier idiotez de los papás.
El día termina, ya los chicos están por dormirse. Los papás tambíen. Fue un día en donde los papás no le enseñamos absolutamente nada a los chicos, pero Dianita, por ejemplo, le permitió a Rosario el tomar fotos profesionales con su cámara: enfoque, acercamientos, navegación de los archivos guardados. Por cierto, todos las fotos de este post fueron tomadas por Dianita, OJO ¿Quieren ver más? Acá están las fotos de Dianita en Flickr
Todo comenzó ayer, a la mitad de un maravilloso almuerzo, en donde tuve que despedirme antes de tiempo. Manejé irresponsablemente por la autopista por más de una hora y llegue a casa a cuidar de los míos por otro tanto igual: cena, la película de Bob Esponja (ojo que estaba enfermo y mamá estaba descanzando; CASI no se dá cuenta) y pijamas. Pero no pude resistir el dolor y la fatiga. Prácticamente me desmayé del dolor y comencé una velada bastante incómoda llena de pesadillas. Mamá se encargó de la vigía nocturna y la muy racional me preparó una ducha "tibia". Yo, mientras tanto, estaba rescatando un cetro en el país de los duendes, cuando me despertaron para bañarme le dije dos cosas fundamentales a Anita: ¿Qué hora es? Cómo ella me había sacado de la tierra de los duendes aún tenía tiempo de hacer llegar el tesoro a buenas manos (vieron como si me gustó la película de Arthur), pues con la diferencia horaria entre los reinos yo simplemente podría dejar el botín en cualquiér buzón de correo y con ello asegurarme su llegada. La otra no me acuerdo ahora, he debido anotarla.
Pero la línea de fondo de esta entrada es detesto estar en la posición de la indefensión. La gran mayoría de las veces reto mi mismo organismo. Creo que una actitud valiente puede manejar el cuerpo y la mente humana. No sigo en este camino porque: ni soy un tal por cual como Cohelo ni mando oleadas de pawerpoints de "los poderes mentales", mi dios me libre... Ya hoy, hacia la segunda mitad de la mañana estabamos bañados y desayunados, pero los viejos estabamos desparramados en cama. ¡No podía ser con los chicos con ganas de tener aventuras! Así que usando el extra power de la estrella de Mario Bros, me levanté y fuimos a caminar un rato con los chicos. Estuvo genial, compramos cosas para el almuerzo y pastillas para la garganta de los papás. Regresamos e hicimos unos tacos deliciosos. Almorzamos y, una vez que el extra power se disolvió... plop. A la cama nuevamente: disuelto. Ya Tía Dianis y Rosario habían coordinado pasar la tarde juntos. Pero ni me dí cuenta cuando Rodrigo se había escabullido también donde la tía.
Me despertó la risa de Rosario cerca a las cinco o seis de la tarde. (No uso el reloj biológico porque se encuentra justamente donde está la zona de la migraña. No sé nisiquiera la fecha del día de hoy). Estaban arreglando el jardín y buscando monstruos. Adorables. Y es que Rosario (Rodri también pero está en otra etapa) añora pasar tiempo con Dianita. La primera debe sentir que la segunda tiene lo mejor de ser adulto sin estas cosas tan espantosas y pendejas de los papás; la libertad más allá del discurso filosófico de los viejos. Y es que nunca está de más agradecerle a la tía todo el apoyo VERDADERO con nosotros. Y no es que Dianita sea unschooler, al contrario, ella no está completamente de acuerdo. Pero su amor a los chicos supera esta y cualquier idiotez de los papás.
El día termina, ya los chicos están por dormirse. Los papás tambíen. Fue un día en donde los papás no le enseñamos absolutamente nada a los chicos, pero Dianita, por ejemplo, le permitió a Rosario el tomar fotos profesionales con su cámara: enfoque, acercamientos, navegación de los archivos guardados. Por cierto, todos las fotos de este post fueron tomadas por Dianita, OJO ¿Quieren ver más? Acá están las fotos de Dianita en Flickr
Comentarios
muchos besos y sonrisas R&R
Duerme mucho, permitete enfermarte, eso hace falta a veces
un abrazo
pdta:
nos vemos el miercoles entonces?, es que se corto el chat, no se que paso?
por mi si delicioso, estar todo el dia con ustedes,