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13 de agosto

Quisiera pensar que vos no me diste la talla, que en cuestiones libertarias yo te salgo muy adelante en la pelea. Que lo que a vos te digo no lo entendés porque no has logrado el grado de conciencia que se necesita, porque no has vivido nada.

Vos no poder hacer con mis reglas lo que vos querás. ¿Querías hacer parte de lo que construí con mi familia? Pues jugá conmigo y metete de lleno sin imponerte, sin exigirme que me adapte yo a tu lógica moralista mientras vos navegás a tus anchas en la libertad de mi consciencia. NO podés jugar el doble juego de metido pero sin comprometerte. Querés colaborar en la crianza? Bienvenido, pero colaborá en el dolor de la templanza, en el deseo, en la desesperanza, en la cama. Vení untate de pañales y de lágrimas, repará la estufa, la fuga, llorá por mi, consolá a Mario, cuida a los chicos. Vení participá en las dicusiones sobre el bien y el mal, acordá tu posición sobre si permitimos a Charito cocinar o no. Por eso es que no entendiste el valor de lo que pasó ese día. Porque desde donde miras sin peligro, las cosas parecen distintas. NO ves por ejemplo el demonio de odio que me habita, con el que Mario se ha dado tantas luchas sangrantes y contra el que siempre gana. NO ves cómo el demonio indomable salió pero tuvo que huir ese día ante mi fuerza de voluntad que para ti siempre ha sido insuficiente porque no me conocés en realidad. En tu obstinación eres ciego. Y sordo. No podés venir solo a juzgar porque la familia es un lugar duro, intenso, lleno de matices....Vos asistís a lo bonito pero te da miedo besarme porque se te daña tu sentido de propiedad. Por vivir con otro hombre se te muere la hombría? Ojalá hubieras leído el libro que terminè, expresaba la sensibilidad de los verdaderos anarquistas. Ademàs hablaba de lo posible. YO propuse, mi amor estuvo de acuerdo, hombre libre es. Vos.... arrinconado. PAra algunas cosas juegas bien. Pero no jugués que no, que no, que si, que si, que si.

No podés ser libertario sin arriesgarte. Y te cagaste de miedo, el qué dirán, la necesidad de algo "mío"? Valiente anarquista que no solo cree en la propiedad de los objetos sino de las personas.

Ojalá volvieras a intentarlo, pero te conozco. Tu viril orgullo ha dicho su precioso para siempre. Y como para vos no hay pérdidas, porque nada importa, ya está.

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