Esto lo escribí en Facebook el 20 de marzo y, entonces, no me parecía pertinente para este blog. Ahora que Cartagena me increpa con fuerza, ha recobrado pertinencia:
Tanto me preguntan...que es mejor hacer esta entrada ya que en mis blogs rompe con los contenidos. Vivo en Cartagena porque aquí me siento útil. Vivir en el centro de Colombia tiene sus ventajas, es más bonita, es más limpia, la vida social es más diversa, la cabeza es más librepensante, la gente está pensando en cosas un poco más sofisticadas...en fin. Esas son las cosas que llaman a quienes de aquí solo quieren salir corriendo para allá.
Cartagena es una ciudad rota. Clasista, racista, polvorienta, amarga...y turística. Qué paradójico. Por eso, aquí mi vida a vuelto a ser una aventura. Todo el tiempo estoy en "modo cambio", aquí la transformación social no es ni revolucionaria, ni ingenua, ni terrorista, es necesaria! Lo reconocen así todas las esferas de la sociedad, la institución donde trabajo, la iglesia, las comunidades. Las cosas deben ser cambiadas. Y yo creo que puedo contribuir a ejercer algunos cambios, sobre todo en la mentalidad de las personas, por eso me hice educadora y no otra cosa.
Hay gente que cree que vivir aquí es un desperdicio. Que yo debería estar en otra parte haciendo otra cosa. Probablemente se refieran a "ganando más plata". Seguro, si yo lo decidiera así, así sería. Pero, y en esto he sido históricamente soberana por fortuna, yo soy la dueña de mi vida. No hago las cosas ni porque me lo imponga mi clase social, ni por plata, ni por estatus. Probablemente sea una tontería, sea una estupidez, como dice mi mamá, que destruya todo mi capital político, social y económico. Pero me ha hecho quien soy, me ha preservado de caerme es vanidades y banalidades.
Aquí ser mujer es más difícil. Aquí educar politólogos es más difícil. Aquí generar procesos es más difícil. Aquí ser profesional es más difícil. No me importa. Porque siento que mi responsabilidad como mujer, politóloga, inteligente y profesional es trabajar aquí, por mi país, construyendo así sean mínimos proyectos colectivos. A Colombia la destruye el pensamiento individualista que la caracteriza...
Sería más facil, ya se, irme a donde los estudiantes, por ejemplo, ya sepan leer, ya hayan leido. Donde sepan ya escribir, pongan las tildes y las mayúsculas, y yo no me demore 1 hora por trabajo corrigiendo la forma. Será más facil donde entrenar a un asistente dura 1 mes y no un año. En otras universidades sería más fácil y más rápido que yo publicara libros usufructuando sus inteligencias. Lo que pasa es que aquí la gente es mucho más experimentada, tiene ideas mucho más precisas de la problemática social, pero no lo sabe. No le han enseñado a expresarse. No han deducido, inducido...La educación escolar ha cumplido su papel: los ha hecho creerse tontos y actuar en consecuencia. En la mía, me toca empezar casi de 0, los estudiantes han sido despojados de toda posibilidad de tener habitus, entre las prioridades de la casa y las estupideces del colegio, la formación ha quedado muy incompleta. Deberían ver los mapamundis que fabriqué esta semana con los primíparos...son el resultado de 14 años de formación escolar en la periferia. Para qué conocer el mundo? PAra qué saber de nuestros despojos? Si podemos mamar ron...Por supuesto, es aquí, y no en ningún otro lugar, donde debo vivir. Aquí donde la formación es incompleta, solo alguien lo suficientemente hábil para completarla debe hacer los esfuerzos del caso. Si no, eso sí sería un desperdicio.
POdrían pensar que esto es pensamiento colonialista...civilizador, típico de "una cachaca". Tal vez. No puedo negar que suena mesiánico...pero no es ese el cariz que quiero darle. Es más la cuestión de la opción de hacer esfuerzo de no jugármela por lo más fácil, no se por qué soy experta en hacerme las coas más difíciles. Pero así...he aprendido tantas cosas...me mantengo alerta, con los ojos abiertos, me mantengo curiosa, niña, activa, viva. A mi me importa poco si yo publico, soy un genio, me consigo una beca...soy exitosa. Yo me considero exitosa ya (siempre he tenido el ego muy grande). Me considero exitosa por escoger lo que quiero y no lo que me toca.
Vivo en Cartagena porque me retan sus dificultades en el plano personal y en el político, porque esta ciudad requiere mi experticia y yo con gusto se la doy, porque me gusta estar cerca del mar, porque me gusta recordar que los colombianos somos mezcla afro e indígena, me gusta poder salir a bailar hasta el amanecer, no sentir frío, tomar clases de percusión y de vez en cuando, salir a comer mucho más rico que en el mejor restaurante de Bogotá. Muchas cosas no me gustan de Cartagena, en especial, el maltrato sistemático que sufrimos los ciudadanos que requerimos servicios de alguna naturaleza (seguridad, movilidad, salud, educación, etc.). Vivir aquí me recuerda, TODO EL TIEMPO, que en Colombia no hay Estado, no hay derechos. Viviendo aquí me acuerdo que la mayoría de los colombianos somos "vulnerables", no solo los pobres. VIviendo aquí me acuerdo que las clases privilegiadas no saben qué tanto lo son. Y por fortuna yo si no me siento tan cómoda ignorándolo.
Finalmente, viviendo en Bogotá, me había confundido, creía que tenía que trabajar para comer...Aquí trabajo para vivir. Sutilezas...pero valen la pena.
Comentarios
Por acá hay tanto que hacer y no es colonialismo, es el proceso natural de migración para construir país.