Ir al contenido principal

A propósito del matrimonio igualitario

Unas reflexiones que me suscita todo esto...

En primer lugar pienso en el interesantísimo dilema shakespeariano (como se escribirá eso) de ser o no ser. Yo nunca he sabido qué soy...habiendo dicho muchas veces por intuición e impulso, "uds. las mujeres". He tenido relaciones importantes con chicas, he sido pareja de chicos, al final no me fijo mucho en eso...y por eso en el espectro L (de lesbiana), G (de Gay), B (de bisexual) o T (de transexual)...pues solo no me identifico con la T (aunque Lana Wachowski me encanta en el sentido de encantar, de puro amor platónico, si la tuviera enfrente, con seguridad buscaría tener algo con ella).

No pienso entonces sobre si uno se debe casar como hombre, como mujer o como alguna de las otras denominaciones. Creo fundamental que tod@s tengamos la misma libertad de hacer lo que se nos de la gana. Educar a nuestros hijos en casa, casarnos con un perro, vestirnos de payasos, estudiar física nuclear, ser músicos, andar desnudos por la calle. Creo que la libertad es la capacidad que debería tener cada quien de asumir las consecuencias de las decisiones que toma para ser él o ella mism@.

En ese sentido ni el matrimonio estaría en debate, puesto que el deber ser no es la existencia exterior de la relación entre dos, sino justamente lo contrario: el conjunto de reglas que hacen posible la institución del amor entre dos individuos (parafraseando a mi amiga libia). NADIE , entonces, podría tomar una decisión legítima (si bien no legal) sobre esa decisión.

Pero todos necesitamos tanta aprobación exterior que da náuseas. Entiendo que con el matrimonio igualitario se accede a una batería de derechos patrimoniales que a nadie le interesa tener que ceder o negociar. Pero la verdad... tantas parejas tienen matrimonios igualitarios de hecho, tan felices, tan maduros y tan libres... que al cuerno con la legislación!

Es como si nosotros, los unschoolers, diéramos la pelea en el congreso. Para qué? Para darle contentillo a los 5 que se nos quieren meter en la vida? Entiendo la necesidad de visibilidad. La necesidad de justicia. Entiendo y he vivido en el cuero la discriminación por mis inclinaciones sexuales, las burlas, los juicios...DETESTO el sexismo implicito que hay en la discusión de las mujeres lesbianas...

Pero la verdad, me parece un desgaste. El que tiene los cojones de ser él o ella misma, vivirá con quien se le de la gana. Y si muere, le dejará en el testamento su fortuna o infortunio. Y mandará a la mierda a la familia si no está de acuerdo. Y de paso mandará a la mierda a todo el que no esté de acuerdo. Y entonces será una prueba más de amor.

Creo en la democracia, creo qeu los derechos deben ser iguales. Defiendo la necesidad de que las leyes INCLUYAN a los que están EXCLUIDOS.

Pero repetimos incesantes el santanderismo legalista que hace que nuestro país sea insoportablemente burocrático y lleno de almas cobardes.

Si nos dejan sin matrimonio igualitario nos dejaremos de amar? Yo por lo menos, no. Ni sabré si me cobija el matrimonio igualitario o el no igualitario (heterosexual)...porque no me dio la gana de casarme ni por el estado ni por la iglesia cuando lo hice. Ni se si soy bisexual o lesbiana o heterosexual...y solo tener que autoclasificarme permanentemente en una de  estas tres condiciones, me da vértigo, miedo y un poco de lástima por el recorte a mis alas que implica.

En fin...esto pienso...

Y que Gerlein y todos los que han expresado con tanta ignorancia su homofobia son unos payasos, pero eso ya lo sabía. Como ellos es medio país sexista, homofóbico y discriminador, y ese sí es un problema real.

Comentarios

Unknown dijo…
Estadísticamente los que mas han sido discriminados son las mujeres, los grupos étnicos y los homo sexuales. ¿Por qué el Estado ha emitido leyes, creado o financiado instituciones para garantizar los derechos de los dos primeros, y atenta contra el reconocimiento de los derecho de los últimos?
¿Por qué el Estado reconoce el derecho de que se casen unos y otros no. ¿A quien $%&# le importa con quién?.
Al fin y al cabo el único requisito para que alguien se case es que el otro diga que SÍ, ¿no?.
Idea millonaria: Si el Congreso combatiera como gata boca arriba la corrupción como lo hace con el matrimonio igualitario, Colombia sería un paraíso terrenal.
Respetemos el Estado, respetemos las instituciones. Hagamos del amor una institución, cada quién que mire con quién.
nena dijo…
Te pasaste, eres tremenda, sueño con tener un blog como el tuyo, por ahora el tiempo me da para comentarlos solamente.
Un abrazo,
Ximena
mamá de 3, homeschooler, separada, trabajadora y dueña de casa(ufff!!.. leer tu blog es una gran compañía para mi)

Entradas más populares de este blog

Carta a Nancy (y a tod@s los que dudan si escolarizar o no)

Hola Nancy, No te conozco sino a través de la confianza de Angélica, así que voy a escribirte como si te conociera.  Nuestra familia se desescolarizó años antes de que naciera nuestra primera hija, Rosario. Es más, una de las razones por las que me consideré "compatible" con el padre de mis hijos para crear un experimento de pareja, fue la sospecha y el desasosiego que nos producía la escolarización.  Pero...una cosa es cómo te imaginas la cotidianidad desescolarizada, y otra un poco distinta como es (todo en la vida es así no?). De todas maneras era muy claro, por muchas razones, que no queríamos darle a nuestrs hijos ni la educación elitista y blanca que no podíamos (ni queríamos) pagar de los colegios considerados "excelentes" (yo misma me gradué de uno de esos); ni la educación de obrero raso que nos ofrecía la educación pública. (Nota al margen a propósito de esto. Si esta diferencia es notoria en Bogotá, no se imaginan Cartagena. La educación pública aquí es .

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave