Este año ya me enseñó una cosa importante y de ahí saqué mi primer propósito para el 2010: a veces, al educar, vemos el potencial muy intensamente, pero en forzar el paso de la latencia a la acción, lo destruimos. Cada cosa tiene su tiempo.
Haré lo posible por no forzar nada este año que comienza. Es cierto, la mayoría de las veces las cosas no son como querría que fueran; son mucho mejores y más bellas, solo que no logro verlo. Me esforzaré por siempre cambiar de perspectiva, cuando me sienta frustrada.
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