No se puede confiar en las instituciones. En Colombia, por lo menos, es un exabrupto hacerlo. Revisando el periódico, me encuentro con esta noticia, según la cual los médicos, airados, rechazan la emergencia social y los decretos que acaban con la salud pública en Colombia.
Además de perder lo poco que se ganó en términos de garantías de derechos con los tutelazos (aun cuando eso ya es absurdo: poner a una persona ENFERMA a pasar por un procedimientos jurídico previo para ordenar, por ejemplo, sus medicamentos, suena a prisión), los decretos de emergencia social legislan sobre la práctica médica.
Por ejemplo, a un bebé en desarrollo lo debe atender un PEDIATRA. No una enfermera jefe.
Ahora quedamos en manos de unos tales "gestores de prestaciones excepcionales en salud" quienes al manejar el presupuesto del FONPRES son quienes determinaran, a mi juicio, demasiado. Mucho más que los médicos. Ahora los médicos no formulan de acuerdo al criterio cosntruido en 10 años o más de carrera, ni a los vademecum y los protocolos internacionales de atención, sino de acuerdo al decreto 131, porque si no...va multa! Es inaudito! Antes no podíamos confiar en la salud, porque estaba incompleta. Ahora...menos! El cumplimiento progresivo y universal de los derechos humanos en Colombia es un cangrejo que camina de para atrás.
Jajajajaja, y el supuesto de todo es que el cuerpo es predecible....jajajajajajaja.
Aquí todos los decretos para que los analicen uds. mismos.
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