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Sobre unas gorduras

Con una risotada, torbamente quiero romper el silencio de estos días. No es una excusa - no amerita - pero hemos estado como reencontrándonos con Bogotá en estos días.

Rosario y Rodrigo han tenido unas jornadas simplemente encantadoras en estas dos semanas. No puedo escribir con justicia lo que mamás como Rosa, Cata y Jann han hacho por los chicos: recibiéndolos y jugando con ellos. No puedo decir con una solemnidad adecuada el papel de la bisabuela, que no deja de pedir que yo se los lleve para cuidarlos. Carito, Carolina y Johanna los han disfrutado también de una forma que se escapa a lo que pueda yo contarles.

Pero los que se llevan el premio, sin duda, son los amiguitos. Escolarizados o no, han recibido a Rose y a Rod de una forma abierta y amorosa. ¿Me atrevo a nombrarlos? Me angustia dejar a niños sin nombrar...

En estos días... en estos clicks rastrearé las fotos de eventos y las publicaré.

Mucho amor para todos, gracias pro recibirnos de una manera tan amorosa.

J, administrador

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