Ir al contenido principal

maternidad y culpa

Creo que por fin pude "pinpoint" (ubicar con mucha precisión, no hay palabra tan acertada en español) el meollo del asunto del "feminismo"-econocomia-esposez, etc.....mejor dicho el zaperoco ese que cuando escribo nunca dice lo que yo quiero decir.

Otro intento>

Ser mamá, es maravilloso, pero como todo buen reto, ni es perfecto ni es un estado ideal. Y esta ïmperfección" está ligada con múltiples y sofisticadas formas de culpabilidad que gravitan en torno a la condición materna. Hablo, como siempre por mi misma, por la forma como yo reflexione y discurro en torno a las decisiones de la vida que hay que ir tomando...coyuntural y estructuralmente.

Ya no se puede ser simplemente mamá. No podés quedarte junto a tus hijos, y verlos crecer sin pensar qué habría pasado si hicieras otra cosa. Si trabajaras medio tiempo y aportaras ese dinero a la casa habria "más posibilidades"(de qué no se...pero más). SI trabajaras tiempo completo te "realizarías profesionalmente"y parte de tu salario se iría en niñera, aya o colegio para cumplir con lo indelegable.

Si estás con ellos, te olvidaste de ti misma y cuando vuelen, tu vida estara vacia. SI no lo estas, te habras perdido de la parte mas importante de su vida. Culpas. Culpas. CUlpas. No puede ser de otro modo? Y cuando lo intentas...te sale una vida como la mia...rara, rarisima....

tan incierta en ambos que da miedo despertarse por la maÑana...

pero tan plena en preguntas...

y tan libre...

ojala yo fuera un poco más relajada en cosas...así vería mejor la felicidad intrínseca de lo qeu me habita...



Para no olvidar:
"el presente que estas construyendo, debe parecerse al futuro que sueñas"

Comentarios

Anónimo dijo…
son irresistibles quienes insisten en hacer su santa voluntad a costa de muchas cosas... Ayyyy para eso es la vida ! dichosas quienes tienen el perrenque pa atreverse !

besos.
Anónimo dijo…
Ana, haz acertado; a esa forma tan variada de la que estamos hechas todas las mamás; que nos hemos preparado tanto en la escuela; tanto en la casa y mucho más como madres. Sigo luchando contra esos sentimientos de estar con los hijos, pero tambien aportando $$$ para màs posibilidades; posibilidades de gastar más $$$; estoy en el trabajo y en cuanto mi cerebro se libera un poco de la carga numeral; pienso en mi hija; estoy en la casa y cuando caigo rendida, pienso tambien en los números del trabajo;;;; ¡¡creo que voy aprendiendo a vivir con esto!!
¡¡NO HAY DE OTRA!!
SUERTE Y SALUDOS!!!

erika fabela
Anónimo dijo…
Hola Ana, tus palabras son muy ciertas. Las inquietudes en nuestra mente son demasiadas. Yo he tenido la fortuna de conocer a Kathleen (a través de este maravilloso medio virtual, ojalá pueda conocerla personalmente algún día) y he aprendido de las largas charlas nocturnas con ella (vía messenger) que esas cargas se alivian bastante aprendiendo a disfrutar el momento presente. El futuro es una ilusión. Llegará ciertamente, pero del hoy que construyamos dependerá su forma.
Hoy construyo una relación inquebrantable con mis hijos. Hoy construyo una mujer insaciable de conocimiento, siempre investigando y aprendiendo, en el futuro seguramente todo lo que aprenda hoy me ayudará a llegar a ser alguien con quien sentirme a gusto al despertar cada mañana.
Un enorme abrazo para todas las valientes mujeres y madres (también a los hombres y padres) que nos atrevemos a vivir y construir Hoy un mundo distinto.
Isa.
Jime... dijo…
Muy bueno el post! este años estamos viendo como encarar esas "ambivalencias": si no estoy con ellos, si estoy con ellos siempre... hay que vivirla nomás :)
Me llevo la frase, me encantó!
Anónimo dijo…
vamos a darle duro a la vida y seguir adelante
buenisimo tu blogs

Entradas más populares de este blog

Carta a Nancy (y a tod@s los que dudan si escolarizar o no)

Hola Nancy, No te conozco sino a través de la confianza de Angélica, así que voy a escribirte como si te conociera.  Nuestra familia se desescolarizó años antes de que naciera nuestra primera hija, Rosario. Es más, una de las razones por las que me consideré "compatible" con el padre de mis hijos para crear un experimento de pareja, fue la sospecha y el desasosiego que nos producía la escolarización.  Pero...una cosa es cómo te imaginas la cotidianidad desescolarizada, y otra un poco distinta como es (todo en la vida es así no?). De todas maneras era muy claro, por muchas razones, que no queríamos darle a nuestrs hijos ni la educación elitista y blanca que no podíamos (ni queríamos) pagar de los colegios considerados "excelentes" (yo misma me gradué de uno de esos); ni la educación de obrero raso que nos ofrecía la educación pública. (Nota al margen a propósito de esto. Si esta diferencia es notoria en Bogotá, no se imaginan Cartagena. La educación pública aquí es ....

Que horror!!!!!!!!!!!!!

Tomado de El Espectador sábado, 09 de junio de 2007 En la enfermería del Colegio Nueva Granada de Bogotá, uno de los más prestantes de la ciudad, se repite la misma escena: una fila de alumnos de bachillerato aguarda con un recipiente de plástico en la mano, en el que antes han escupido, a que la enfermera deslice una tirilla de papel. Si la tirilla permanece blanca, los estudiantes suspiran y regresan tranquilos a su salón de clase. En cambio, si la tirilla se torna azul, el alumno debe someterse a un segundo examen, esta vez de orina, para descartar o confirmar definitivamente si ha consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicoactiva. Se trata de las polémicas pruebas antidopaje que en los últimos años saltaron de las competencias atléticas a los cuerpos de policía, a las empresas y ahora irrumpen en los salones de clase. En países como Estados Unidos, México o Inglaterra esta práctica ha provocado agitadas discusiones entre quienes defienden su efectividad para poner freno...

Ya nadie visita la tumba de Louis Althusser por Pablo Pineau

(Creo que es un poco vanidoso considerarme amiga de Pablo, pero en fin.... mi amigo Pablo me lo dejó publicar en el blog) La cita estaba acordada hacia poco más de un año. Esa vez, como la charla con quien sería mi guía había derivado a su formación en la Ecole Normale Superieure, le pregunté por Althusser. Comenzó con un: ”Fue un gran maestro de mi generación, pero ya nadie lo recuerda”. Hasta ahí, todo era esperable; pero su remate con un “Como yo soy campesina y me gusta visitar a mis muertos, cada tanto le llevo flores” nos ubicó en otro registro. Me habló entonces de un cementerio de suburbio y de una lápida casi sin datos. Le propuse acompañarla, y aceptó generosa y gentilmente. Quedamos en ir juntos la próxima vez que yo volviera por allí, lo que sucedió este febrero. Camino al encuentro, traté de acordarme cuándo había tenido referencias de Althusser por primera vez. El ejercicio me llevó a un hospital en Bolivia, en un viaje iniciático de mis dieciocho años, durante la primave...