Tengo que hablar en algun momento de simone...porque me represento en ella, su pensamiento me incendia. Desde que Olsen nos enseñó a leer existencialismo, amé a Sartre y solo despues de algunos años descubría a la anarca vital que tuvo detrás. Puff, este es el preciso meollo de mis contradicciones. Yo soy bastante reacia al discurso feminista, pero tampoco soporto el discurso reaccionario de que la mujer es para el hogar. Es difícil de explicar, más cuando es tan claro que para mi la maternidad ES un proyecto válido, ES una condición de realización de la mujer y SÍ me ha traído problemas en términos de independencia.
Así que creo que el problema no es la voluntad de emancipación. Es la economía.
Es la relación que tenemos con el dinero la que hay que transformar... y la noción verdaderamente degenerada de que el que produce dinero manda. Es el dinero el que hace sumiso a uno de los dos sujetos, y eso es lo que no soporto...que la lucha feminista se limite al acceso al trabajo, a la producción económica para estar en igualdad de condiciones de dominación sobre otros...sí, la libera...pero tambien la ata...la convierte en el tirano que precisamente nunca ha sido, y del cual, por definición se ha diferenciado.
No se si me entiendan...aquí el dilema es de poder económico, de manutención, del ¨respeto debido al que pone la comida en la mesa¨. Como si solo existiera comida para el cuerpo. Nadie le dio nunca valor a la comida del alma. Menos las feministas. Destituyeron el poder femenino, el de crear, conspirar, sentir.
Eso fue lo que no perdió Simone.
Así que creo que el problema no es la voluntad de emancipación. Es la economía.
Es la relación que tenemos con el dinero la que hay que transformar... y la noción verdaderamente degenerada de que el que produce dinero manda. Es el dinero el que hace sumiso a uno de los dos sujetos, y eso es lo que no soporto...que la lucha feminista se limite al acceso al trabajo, a la producción económica para estar en igualdad de condiciones de dominación sobre otros...sí, la libera...pero tambien la ata...la convierte en el tirano que precisamente nunca ha sido, y del cual, por definición se ha diferenciado.
No se si me entiendan...aquí el dilema es de poder económico, de manutención, del ¨respeto debido al que pone la comida en la mesa¨. Como si solo existiera comida para el cuerpo. Nadie le dio nunca valor a la comida del alma. Menos las feministas. Destituyeron el poder femenino, el de crear, conspirar, sentir.
Eso fue lo que no perdió Simone.
Comentarios
Y en eso ando estos años: recuperando el valor de mi tarea diaria, no solo de valorarlo yo, el compañero también... toda una travesía esto de romper ciertos esquemas, pero muy placentero los descubrientos, muy placenteros y satisfactorios.