Están en mi casa una mamá y su hija de la red Enfamilia. Son un grupo de viejas locas, diferentes y amorosas al que pertenezco en la distancia, entendiéndolo más como un grupo de afectos y solidaridades que cualquier otra cosa. Es la tercera vez que una familia me visita en Cartagena. La primera fue la de Jan y pasamos unos días maravillosos. La segunda fue la de Zinnia con su alboroto, su frescura y su diversión. La tercera es Cata con Cami, no vinieron todos, pero a sido una visita reflexiva, conversada y muy linda. Yo le dije a Cata cuando venía: "yo soy buena anfitriona porque no atiendo" y es que mi modo de compartir es permitir que la gente se apropie de todo lo que yo le pueda compartir, desde la cama hasta la nevera y el tiempo. Solo así.
Cata ha hecho parte de este resurgir, porque al decirle algunas cosas sobre mi (no nos conocíamos) fui recordando quién soy. Uno a veces está tan engrampado en defenderse, atacarse, explicarse, y razonarse, que se pierde de sí mismo.
Cuando Jan lea sabrá que mi sueño con la Red se ha hecho realidad.
Vengan! Vengan por favor. Esta es su casa.
Cata ha hecho parte de este resurgir, porque al decirle algunas cosas sobre mi (no nos conocíamos) fui recordando quién soy. Uno a veces está tan engrampado en defenderse, atacarse, explicarse, y razonarse, que se pierde de sí mismo.
Cuando Jan lea sabrá que mi sueño con la Red se ha hecho realidad.
Vengan! Vengan por favor. Esta es su casa.
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