Pues...
debo admitir que aunque vuelvo a entrar en pánico, estoy contenta: Rosario y Rodrigo no quieren volver a la escuela. Les gustó la experiencia, pero, no quieren continuar. Rosario porque se decepcionó de las actividades y de la calidad de las relaciones. Para ella la amistad fuera de la escuela ha significado siempre un compromiso mucho mayor, ha significado hacer acciones específicas por los amigos, como ir a buscarlos, invitarlos, hacer cosas por ellos. Tener que tenerlos, solo los que están disponibles "automaticamente" le costó trabajo y decepciones.
Rodrigo en cambio tuvo problemas con la exigencia de madrugar por madrugar (aunque todos los días se levanta a las 615am naturalmente) y le molestó mucho que todo en el colegio se hacía con miedo al regaño. Miguel, el prefecto de disciplina, fue la causa fundamental...se cansó de la amenaza y de prohibiciones como correr y demorarse comiendo.
Después de esta etapa escolar, las exigencias en la desescolarización aumentan para mi. Vamos a intentar otras cosas en este semestre, incluyendo un profesor de inglés y la mayor cantidad de visitas a campo que nos sean posible en la Fundación. El viernes me acompañaron a Sincerín, pasamos un rato descomplicado visitando la gente y con los niños del hogar comunitario, luego almorzamos y nos devolvimos. Simple. Aprendimos muchas cosas del colegio y en el colegio...cosas buenas que podemos repetir y mejorar...ahora lo bueno es que lo podremos construir juntos...ya no soy solo yo...ellos ya saben lo que se espera de ellos en le mundo real...eso me hace feliz...es una etapa de mayor construcción colectiva...
Estamos contentos, además nos vamos a mudar... a tener una vida más...cartagenera. Nos la debemos, viviremos en un barrio lindo, con vecinos y vida de barrio... nos mudaremos a una casa donde el gato y los niños estarán sin duda mas contentos, así no tengamos ya piscina ni vista al mar...
cambios, cambios, cambios, dinamismo...
la vida es ponerse en movimiento
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