Soy una mujer ideológica. Los uqe me conocen bien, lo saben. Los que no, intuyen que soy radical y obstinada, que creo en algo así no sepan en qué. Hago lo que hago, digo lo que digo, soy como soy, por una (o varias razones). No las repetiré, solo diré aquí que el que me conoce sabe de mi búsqueda de la libertad, de mi defensa de los derechos humanos de diversos grupos poblacionales, y de mi criticidad e independencia de pensamiento.
Cometeré muchos errores, muchos. Pero recorro un camino muy mío que he me he forjado a puños y codazos. Uso poco mi influencia aún cuando si lo quisiera, la tendría toda. No me interesa. No me interesa reproducir lo que me puso aquí en primer lugar.
Y me duele mucho que la democracia y la constitución que he defendido con mi poder personal, con mis recursos, con mi convicción, con mis lágrimas, mi voz y mi familia, esté donde está esta: en una cloaca.
Tal vez sea ahora el tiempo de largarme un rato para volver a creer que esta falacia de país es posible.
Cometeré muchos errores, muchos. Pero recorro un camino muy mío que he me he forjado a puños y codazos. Uso poco mi influencia aún cuando si lo quisiera, la tendría toda. No me interesa. No me interesa reproducir lo que me puso aquí en primer lugar.
Y me duele mucho que la democracia y la constitución que he defendido con mi poder personal, con mis recursos, con mi convicción, con mis lágrimas, mi voz y mi familia, esté donde está esta: en una cloaca.
Tal vez sea ahora el tiempo de largarme un rato para volver a creer que esta falacia de país es posible.
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