Por fin estuve largo, tanto que logré aislar de mi mente el frío, algunas incomodidades típicas de no tener un lugar propio, la rabia que da no alcanzar nunca a ver a todos los que quieres ver ni todo lo que quieres hacer, y los recuerdos buenos y malos del caribe...
Trascendidos esos problemillas...recordé lo que hoy me va a costar mucho dejar: la cotidianidad de los chicos. Verlos bañarse, enojarse, dormir, ver películas arrunchados (lo unico bueno que tiene el frío, lo único), jugar con sus juguetes...
Que feas las despedidas! Sobre todo cuando ambos quieren venirse conmigo y son problemas logísticos del desplazamiento (jajajaja: plata de tantos tiketes si queremos volver en Navidad) lo que lo impiden.
Comentarios
Quiero expresarte mi admiración por ese esfuerzo que como madre reconozco; si ya en sí el trabajar fuera de casa es bastante pesado; tu situación la comprendo....y solo puedo decir de mamá a mamá= ¡disfruta cada etapa; esto tambien pasará!!
saludos regios
erika f.