No hables con él de sus mujeres ni de tus hombres, mucho menos si eres casada.
No te conviertas en su madre, ni hables de ella cotidianamente
No te conviertas en su profesora sin serlo
No dejes pasar el tiempo, sobretodo si la impuntualidad es su problema
No lo vuelvas amigo de tus hijos
No le pongas apodos que puedan desestimarlo convirtiéndolo en un ángel
No le presentes al papá de tus hijos, menos si es el único que lo conoció
No lo llames nunca, ni le pidas que te devuelva llamadas
No le mandes mensajes a deshoras, ni a horas
No lo regañes
No le pagues por ser tu niñera
No le escribas correos raros, y mucho menos le pidas que te los conteste. ¡No insistas!
No te quedes hablando con él en un carro hasta las 3am entre semana
No te quedes sola con él durmiendo niños
Sobre todo NO TE DEJES PILLAR CON EL POR TU JEFE, TUS COMPAÑEROS DE TRABAJO, O SUS COMPAÑEROS DE ESTUDIO (podrían creer que es tu “novio”[1] y armar más de un chisme)
[1]Según definición de la especialista en asuntos del corazón y consejera matrimonial Rosario Zuleta.
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