Hoy, para Rosario, fue un jueves normal: fue a donde Matías toda la mañana, almorzó con él, y luego la recojimos para ir a clase de música. Hemos estado intentando hacer un experimento colaborativo con la otra familia desescolarizadora urbana que conocemos cuyos hijos tienen edades similares a los nuestros (Matías tien 4 recién cumplidos y Libertad, 7 meses). Nos tomó mucho tienmpo lograrlo, la verdad, pero ahora lo que hacemos es que los lunes viene Matías y los jueves va Rosario.
Y cada familia se encarga de que su día sea especial. El tipo de actividades ha variado mucho, desde pintar o hacer cositas de greda en casa, como hoy, hasta ir a las bibliotecas, o caminar por la zona de los disturbios tras la visita de Bush. Lo importante es jugar mucho, y conversar.
Matías para nuestra familia es un reto. En parte porque somos muy distintos a sus padres ( a veces me pregunto si el reto son ellos o los niños), y de lo poco que tenemos en común, la certeza de que la desescolarización es la decisión correcta. Sin embargo, varias veces nos hemos sentido "agredidos"--no se mucho como decirlo, por su modelo de crianza, por su forma de actuar y de expresarse. Tal como, seguramente, ellos se han sentido con el nuestro.
Algún día ahondaré en tales diferencias porque me parece importante. Pero por ahora, lo que realmente quiero decir es que hemos negociado, charlado, discutido y compartido nuestras perspectivas sobre cómo hacer las cosas y creo que eso ya hace la diferencia; pocas veces los padres de los 30 niños que por azar se encuentran en un salón de clase se sientan a conversar sobre sus diferentes prioridades, estilos, modos de comunicación, valores. Mi mamá nunca recibió una recomendación bibliográfica de la mamá de ninguno de mis amigos.
Menos mal podemos tener esta oportunidad de ponernos en evidencia!
Y cada familia se encarga de que su día sea especial. El tipo de actividades ha variado mucho, desde pintar o hacer cositas de greda en casa, como hoy, hasta ir a las bibliotecas, o caminar por la zona de los disturbios tras la visita de Bush. Lo importante es jugar mucho, y conversar.
Matías para nuestra familia es un reto. En parte porque somos muy distintos a sus padres ( a veces me pregunto si el reto son ellos o los niños), y de lo poco que tenemos en común, la certeza de que la desescolarización es la decisión correcta. Sin embargo, varias veces nos hemos sentido "agredidos"--no se mucho como decirlo, por su modelo de crianza, por su forma de actuar y de expresarse. Tal como, seguramente, ellos se han sentido con el nuestro.
Algún día ahondaré en tales diferencias porque me parece importante. Pero por ahora, lo que realmente quiero decir es que hemos negociado, charlado, discutido y compartido nuestras perspectivas sobre cómo hacer las cosas y creo que eso ya hace la diferencia; pocas veces los padres de los 30 niños que por azar se encuentran en un salón de clase se sientan a conversar sobre sus diferentes prioridades, estilos, modos de comunicación, valores. Mi mamá nunca recibió una recomendación bibliográfica de la mamá de ninguno de mis amigos.
Menos mal podemos tener esta oportunidad de ponernos en evidencia!
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Much appreciated.