Hoy, para Rosario, fue un jueves normal: fue a donde Matías toda la mañana, almorzó con él, y luego la recojimos para ir a clase de música. Hemos estado intentando hacer un experimento colaborativo con la otra familia desescolarizadora urbana que conocemos cuyos hijos tienen edades similares a los nuestros (Matías tien 4 recién cumplidos y Libertad, 7 meses). Nos tomó mucho tienmpo lograrlo, la verdad, pero ahora lo que hacemos es que los lunes viene Matías y los jueves va Rosario. Y cada familia se encarga de que su día sea especial. El tipo de actividades ha variado mucho, desde pintar o hacer cositas de greda en casa, como hoy, hasta ir a las bibliotecas, o caminar por la zona de los disturbios tras la visita de Bush. Lo importante es jugar mucho, y conversar. Matías para nuestra familia es un reto. En parte porque somos muy distintos a sus padres ( a veces me pregunto si el reto son ellos o los niños), y de lo poco que tenemos en común, la certeza de que la desescolarización es la ...