Pienso mucho en el ego. Desde pequeña me educaron en dos cosas importantes: la búsqueda de la excelencia, y la vanidad. No pienso decir si cada una fue buena o mala pero sí voy a intentar una reflexión sobre la configuración de un caracter fuerte en una mujer. Durante mucho tiempo no pensé que hubiera asuntos de género que impactaran mi vida, pero hoy que he ido aprendiendo, pienso que sí y mucho...elaboremos. Mi abuela que me crió es muy requete muy muy muy vanidosa. Y así lo fui yo también. La vanidad trae consigo un hambre de atención muy intensa y una fragilidad frente a la opinión del otro sobre cómo te ves. También, en mi caso, trajo desengaños amorosos por gente que decía quererme pero no me quería completa, solo al cuerpo que soy. Sin embargo, iniciar mi vida en un contexto de mujer empoderada con la vanidad, como lo es aún mi abuela, me dio la certeza de que una mujer podía ser segura. Y desde pequeña, por la fortuna que tuve de tener esa influencia, lo fui. No tuve complejo...
10 años de desescolarización, maternidad y feminismo(s)